Dirección: Jacques Deray.
Intérpretes: Alain Delon, Romy Schneider, Maurice Ronet, Jane Birkin.
Con guión de Jacques Deray (“Borsalino”) y Jean-Claude Carrière (“Funeral En Los Ángeles”).
Sinopsis
Jean-Paul (Alain Delon), un publicista con aspiraciones de novelista, y su pareja, Marianne (Romy Schneider), pasan las vacaciones de verano en una casa con piscina cerca a Saint-Tropez, propiedad de unos amigos ausentes.
Un día reciben la visita de Harry (Maurice Ronet), un cantante y productor musical de éxito que viene acompañado por su hija Penélope (Jane Birkin) y que fue pareja hace años de Marianne.
Crítica
Film de Jacques Deray que desperdicia sus elementos de thriller en torno a pocos personajes y una única localización en agradable ambiente de verano, festivo, vacacional.
La película, iniciada al borde de la piscina que le da título con Alain Delon tomando el sol antes de que le acompañe Romy Schneider (fueron pareja en la vida real), agita la tranquilidad aislada de la pareja con la llegada a la casa de veraneo de Maurice Ronet y su crecidita hija Jane Birkin.
Las tiranteces previsibles surgen, en plan sentimental, profesional… los acercamientos, también previsibles, en fiestas, en huidas a la playa, al desayuno, en la madrugada…
Hay momentos pasionales, celos, deseo, traumas, rabietas, la gente tiene cierto estilo, un Maserati, hay baile, bebidas, cena.
Nada especialmente original sucede pero todo resulta agradable.
Con el transcurso de la historia, mucho más drama que thriller con música de cóctel de Michel Legrand, se acentúan las tensiones, todo de forma equilibrada, sin estridencias, hasta llegar al aspecto de crimen y negrura psicológica que podría elevar/perturbar el fondo de sus conflictos pero que no termina de convencer por su cómoda resolución. Pero bueno, cierto que las cosas suelen resolverse de esa manera.
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