LA SOMBRA DE LA SOSPECHA (2006)
Dirección: Clark Johnson.
Intérpretes: Michael Douglas, Kiefer Sutherland, Eva Longoria, Kim Basinger.
Pete Garrison (Michael Douglas) es un veterano agente que trabaja en el Servicio Secreto ocupándose de la seguridad de la Primera Dama (Kim Basinger).
Cuando un amigo de Pete aparezca muerto, Garrison, acompañado por los agentes Jill Marin (Eva Longoria) y David Breckinridge (Kiefer Sutherland), intentará desentrañar un complot que busca el asesinato del presidente de los Estados Unidos (David Rasche) y del que Garrison parece el principal sospechoso a causa de sus relaciones con la esposa del político (Kim Basinger).
Las maquinaciones conspirativas de tenso desarrollo y las intrigas paranoicas de acción con carácter político y personaje ofuscado injustamente son bases tradicionales de thrillers como este, el cual, adaptando a Gerald Petievich (autor también de la novela “Vivir y morir en Los Ángeles”) parece expandir un flojo episodio de “24” en combinación con resonancias cinematográficas de títulos como “En la línea de fuego” o “El fugitivo”.
“La sombra de la sospecha”, “The Sentinel” en original, depara una historia más o menos entretenida pero sin personalidad en su trama ni en su estilo, con una narración y estética tanto derivada de las modernas teleseries de éxito dentro del campo criminal-policíaco como de las intrigas setenteras de la Guerra Fría con trémulas perspectivas, split-screen, cargante cámara-pingpong, montaje dinámico…
El resultado no es más que una intriga casablanquera de serie B, formulista y de escasa adrenalina, con personajes sin esencia inmersos en las consabidas conexiones emocionales y/o libidinosas (con unos caracteres femeninos puramente decorativos) e interpretaciones esforzadas que intentan dotar de autenticidad a una historia cansina y llena de desbarajustes escrita por George Nolfi, el responsable de un guión repleto de agujeros que apunta en muchas direcciones pero que no dispara con acierto en casi ninguna.
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