• Por Antonio Méndez

la torre de suso cartel poster movieDirección: Tom Fernández.
Intérpretes: Javier Cámara, Emilio Gutiérrez Caba, Malena Alterio, Gonzalo de Castro.

Con guión de Tom Fernández (“¿Para Qué Sirve Un Oso?”).

Sinopsis

Después de diez años ausente trabajando en Argentina, Cundo (Javier Cámara) regresa a su tierra asturiana tras conocer el fallecimiento de Suso, su mejor amigo.
En su localidad natal, Cundo retomará vivencias con sus padres y con sus antiguos compañeros de juventud.

Crítica




la torre de suso fotos picturesA comienzos de los años 80, Lawrence Kasdan reunió a varios treintañeros-cuarent-ones-añeros en “Reencuentro” tras varios años sin verse.
El motivo era el funeral de un amigo común.

En el encuentro lo típico…
Pues tú qué tal, cómo te va la vida, yo bien, yo hago lo que puedo, vamos tirando, así es la vida, sí, no…

Veinte años después un hecho parecido sirve a Tom Fernández para debutar como director de largometrajes con esta comedia dramática sobre amistad y paso del tiempo.

Se inicia con la presentación en off del propio muerto (un recurso ya muy manido en la narrativa cinematográfica), el tal Suso que ha fallecido a causa de una sobredosis.

Poco después ya aparece en escena el personaje central, Cundo, un Javier Cámara (lo más potable de la película) al que todos encuentran gordo y que nada más llegar se topa con Malena Alterio en un personaje ubicuo, casi con trazos de realismo mágico-romántico, que resulta más cansino que agradable.

La desvirgó y no se acuerda.
Pues mira que bien.

El humor, tras este primer soso intercambio de frases, ya se manifiesta en una pobreza que acumula trivialidades y textos “shakesperianos” de “mecagoenlaostia-tuputamadre” y lindezas parecidas.
Un primor de diálogos.

la torre de suso critica reviewEn el aspecto dramático, y tras unos primeros pasos de corte nostálgico (que miro mi camiseta de Leño o pincho a Tequila), se incide en aspectos reales-frustrantes de convivencia familiar (el hombre siempre en la taberna-la mujer en la cocina, el hijo descastado que intenta enmendarse, la incomunicación general…) y vínculos muy básicos de amistad (aquí se remacha la miseria de gran parte del texto y los lugares comunes de alcohol y sexo como ligazón de colegueo “enrrollao”), antes de aparecer la torre del título, una especie, con la amistad en primer plano, de metáfora sobre el ascenso y la mejora personal en base al esfuerzo y la colaboración.




Esta historia de reunión con agradable ambiente de campiña asturiana contiene en su desarrollo varios momentos tensos (empleando en ocasiones el equívoco) muy poco creíbles, y un progresivo ablandamiento sensiblón de “juntos podemos-venga-coño” que no transmite emoción alguna, ya que la mayoría de los personajes (sin matices) resultan antipáticos, el cúmulo de ansias y objetivos vitales es un revoltijo de tópicos, y su futuro importa un comino.

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Javier Cámara
Emilio Gutiérrez Caba
Malena Alterio