Dirección: Wes Craven.
Intérpretes: Sandra Peabody, David Hess, Jeramie Rain, Cynthia Carr.
Con guión de Wes Craven (“Pesadilla En Elm Street”).
Sinopsis
Mari Collingwood (Sandra Peabody) es una joven de 17 años de edad que se va a Nueva York junto a su amiga Phyllis Stone (Lucy Grantham) para asistir a un concierto de rock.
Cuando están en la Gran Manzana, terminan en el apartamento en el que se encuentra un grupo de delincuentes liderado por Krug Stillo (David Hess), quienes las torturan y violan.
Crítica
Wes Craven debutó como director de largometrajes con esta película barata inspirada por “El Manantial De La Doncella” de Ingmar Bergman y con imaginería puntual derivada de la “Ofelia” de John Everett Millais.
El film tiene una enfermiza atmósfera, pasando de lo urbano al bosque, de la ciudad a la casa aislada del título, con contrastes de tono en paralelo (el matrimonio feliz preparando la tarta de cumpleaños, el dúo torpe-cómico policial) hasta centrarse en un grupo de sádicos (incluida Jeramie Rain, futura mujer de Richard Dreyfuss) encantados de hacer sufrir a los demás.
No está mal la atmósfera, con una música de percusión, trazos de psicodelia, las canciones en disonancia compuestas e interpretadas en sonido extradiagético por David Hess… en una exposición de narrativa amateur, desmañada, lo que acentúa el carácter de crudas acciones de violencia y sexo en que se sustenta su sencilla historia de crueldad y venganza.
Una pena que poco o nada aporte más allá de manifestar el horror del crimen en su esencia exploitation de serie B con psicópatas dando la murga al personal.
Fichas en AlohaCriticón