Dirección: Nigel Cole.
Intérpretes: Helen Mirren, Julie Walters, Penelope Wilton, Celia Imrie.
En una pequeña comunidad rural inglesa, una serie de mujeres se hallan aburridas ante lo monótono de las reuniones del Instituto de la Mujer.
Ante la muerte del marido de una de ellas por cáncer, se pondrán manos a la obra para hacer un calendario diferente a los que se estilan desde la organización a la que pertenecen.
En el calendario en cuestión aparecerán desnudas, con el fin de recaudar fondos para el hospital local.
Lo que no saben es que su calendario se convertirá en un fenómeno social.
Tras “Full Monty”, y el gran éxito que supuso, han surgido diversas comedias desde el Reino Unido que intentan aprovechar el tirón de ese modelo de cine cómico con temas delicados de fondo.
“Las Chicas Del Calendario” no es precisamente el ejemplo de película divertida y con contenido como aquella, aunque pretenda serlo.
Nos hallamos ante la viva imagen de un film bastante limitado, de escasita gracia y contenido dramático extremadamente tópico.
El realizador en cuestión es Nigel Cole, del que quizá se recuerde “El Jardín De La Alegría”, otro caso de comedia facilona, un poco mejor que esta, pero sin ir muy lejos tampoco.
Lo malo con este tipo de películas en que en su ansia por agradar al mayor número posible de personas, acaban siendo de lo más insulso e aséptico que uno se pueda imaginar.
En este film los toques de humor del relato no tienen la fuerza suficiente para ser divertidos, suenan todo el rato a lugares comunes trillados mil veces.
Tampoco el elemento dramático funciona, pues la subtrama del marido enfermo o la consecuencia del éxito del calendario, acaban por no interesar por tratarse del modo más pedestre posible.
Por si no fuera poco, otras subtramas, como la del hijo de la protagonista y sus problemas, o la presunta infidelidad del marido de otra, dan la impresión de que están metidas con calzador, bien porque se tratan en un dos por tres o bien porque se dejan totalmente cojas(¿que pasa con el hijo al final?).
Eso sin hablar de muchas de las protagonistas que aparecen y desaparecen sin que sepamos nada de ellas, total sólo interesa la sonrisa fácil.
Así pues, una película que quizá agrade a los que van al cine una vez cada lustro, pero que a los que estén más experimentados les producirá el efecto contrario al que el film desea, saliendo de la sala de peor humor del que tenían al principio del metraje.
Tan sólo salvo del descalabro al elenco de actrices, que hacen lo que pueden con un flojo guión y una dirección rutinaria.
Qué pena que tengan que desnudarse en una película tan sosa.
Por cierto, ¿no hay más actrices de doblaje para mujeres maduras, que siempre usan las mismas voces?.
David García
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