LAWRENCE DE ARABIA (1962)
Dirección: David Lean.
Intérpretes: Peter O’Toole, Alec Guinness, Anthony Quinn, Jack Hawkins.
Primera Guerra Mundial. El oficial británico T. E. Lawrence (Peter O’Toole) es trasladado a Arabia desde de la academia militar.
Allí se aliará con el príncipe árabe Feisal (Alec Guinness) en su lucha contra los turcos para intentar conquistar el puerto de Akaba.
Imagínate que eres un hombre con dinero y viene alguien y te dice que
quiere hacer una película de más de cuatro horas, sin estrellas, sin
mujeres, sin ninguna historia de amor, tampoco muchas escenas de acción y
que esa persona quiere una enorme cantidad de dinero para poder rodarla en
el desierto ¿Qué contestarías? Omar Sharif.
“Lawrence de Arabia” cuenta las proezas de T.E. Lawrence (Peter O´Toole), un
oficial del ejército británico que sirve en el Oriente Medio durante la
Primera Guerra Mundial, quien según se comenta al principio “Era un poeta,
un erudito, un guerrero poderoso pero también un exhibicionista. La
película empieza con un prólogo de la muerte de Lawrence como consecuencia
de un accidente de moto, retrocediendo después años atrás a El Cairo cuando
está a punto de comenzar la mayor aventura de su vida. Le ordenan ir al
desierto para entrar en contacto con el Príncipe Feisal (Alec Guinnes), que
es un aliado británico en la lucha contra los turcos. Lo que sigue no sólo
cuenta como Lawrence se convirtió en eje central de la rebelión árabe contra
los turcos, sino del ascenso y caída de su persona.
La historia de “Lawrence de Arabia” no se basa solamente en escenas de
batallas o en un melodrama, sino que sobretodo es maravillarse por la
capacidad de David Lean de hacer que el desierto fuera un personaje con
igual o incluso mayor protagonismo que los actores principales. “Lawrence de
Arabia” no es una simple biografía o película de aventuras, aunque contenga
ambos elementos. Lawrence es un héroe atípico, extraño y no podríamos
imaginar a nadie más adecuado para ese papel que Peter O´Toole ya que moldea
a Lawrence como un hombre casi torpe, con una forma de hablar que se
balancea entre la insolencia y su propia manera de ser. David Lean crea en
Lawrence a alguien que combina carisma y locura, que era muy diferente de
los héroes militares convencionales y que inspira a los árabes a seguirle,
ya que Lawrence es capaz de unir a las distintas tribus de árabes,
mostrándoles que les interesa estar unidos para combatir a los turcos y
luchar por su libertad. A lo largo del camino se alía con varios jefes
tribales como Sherif Alí (Omar Sharif), el Príncipe Feisal y Auda (Anthony
Quinn), ganándose su respeto. El diálogo en sus conversaciones no es
complejo y a veces, digámoslo así, suena como poesía. A través de diversos
acontecimientos, vemos como cada uno de ellos afecta al carácter de Lawrence
y moldea su carácter. Hasta su captura en Deraa, él se cree que es un
semidiós, pero después del tratamiento brutal que recibe, se vuelve
amargado, le atormentan las dudas y busca la venganza, mostrándonos su lado
más oscuro en la matanza de Tafas.
Lean consigue no sólo deslumbrarnos visualmente, sino que hace crecer
nuestro interés por todo lo que rodea a Lawrence, usando las batallas como
un telón de fondo para profundizar más sobre su carácter y personalidad. En
ningún momento Lawrence deja de ser el epicentro de la historia y Lean junto
con la genial interpretación de Peter O´Toole, consiguen meternos de lleno
en las excentricidades, fobias y anhelos de un hombre de ideas sencillas que
adora la limpieza del desierto. Además Lean maneja indirectamente la
sexualidad de Lawrence no siendo demasiado explícito, pero si insinuante a
lo largo de la película.
En cuanto a las actuaciones, resulta obvio que para O´Toole fue el papel de
su vida. No fue la primera opción, ya que se pensó en Marlon Brando o Albert
Finney, rechazando este ultimo el papel. Seguramente uno de los motivos de
la efectividad en pantalla de O´Toole y de la gran aceptación del público
fue ese desconocimiento que se tenía sobre él, ya que era un actor que
procedía del teatro y no había ninguna obra anterior a la cual compararlo.
La película además fue la primera gran aparición de Omar Sharif, quien
entabló una gran amistad con Lean y que posteriormente fue el protagonista
absoluto de la posterior película del director inglés, la no menos brillante
“Dr. Zhivago”, iniciando Sharif una larga carrera cinematográfica. El
reparto en general es excelente, con actores reconocibles como un habitual
en el cine de Lean, el camaleónico Alec Guinnes que perfeccionó su acento
hablando con Omar Sharif. Anthony Quinn fue la requerida estrella americana
e interpreta a Auda de forma magnífica y José Ferrer, en su breve pero
estupenda participación, interpreta a un oficial turco que tortura a
Lawrence. Es curioso observar que de las mujeres que aparecen, ninguna
habla.
Tan importante como las actuaciones, fue el trabajo de los técnicos que
estaban detrás, siendo en ocasiones los actores como insignificantes motas
que se mueven por el paisaje. El montaje de Lean, por otra parte un
excelente editor, dura sobre las tres horas y media pero cada instante parece
necesario. El metraje no resulta pesado, hay aventura y acción esparcida por
todo el argumento, una historia perfectamente desarrollada y una
majestuosidad visual desbordante como nunca se ha visto en el cine. Esa
impresión visual es gracias a la magnífica labor de Freddie Young, el
director de fotografía, que nos ofrece escenas inolvidables como el
espejismo que ve Lawrence cuando ve a los lejos acercarse a Alí, la limpieza
del desierto o la transición que hay cuando Lawrence apaga una cerilla y
enseguida sentimos el intenso Sol del desierto. Además hay imágenes de
camellos desfilando por el desierto, con unas inmensas formaciones rocosas
al fondo. Todas esas imágenes desprenden calor, te sientes en el desierto y
en esos momentos de esplendor oyes de fondo la embriagadora música de
Maurice Jarre y crees estar paseando por ese paraje inhóspito a lomos de un
camello.
Una de las singularidades más importantes de “Lawrence de Arabia” es la
omisión de cualquier efecto especial (A excepción de varias tomas del Sol).
Todo es naturalidad y maestría a la hora de rodar y de buscar las
localizaciones adecuadas como la costera ciudad de Aqaba que se rodó en las
costas de Almería o el cuartel inglés de El Cairo en el Alcázar de Sevilla.
Actualmente muchas de esas escenas estarían digitalizadas, como el ataque a
Aqaba, donde un movimiento panorámico de la cámara y una buena
sincronización resulta más efectivo y da al espectador mayor magnitud de lo
acontecido.
“Lawrence de Arabia” recibió 7 Oscar de los 10 a los que estuvo nominada:
Mejor Director, Mejor Película, Mejor Fotografía en Color, Mejor Dirección
Artística, Mejor Sonido, Mejor Banda Sonora y Mejor Montaje. Viendo la
película, no es de extrañar que recibiera tantas alabanzas, ya que el
espectáculo visual que ofrece es grandioso. Debió ser algo maravilloso poder
verlo en una pantalla de cine, ya que al verlo por la televisión sientes que
le falta algo y es esa majestuosidad que ofrece su visionado en pantalla
grande.Javier Leiva
T. E. Lawrence es un oficial del ejército Británico en la primera guerra
mundial. En su viaje por las dunas brindará ayuda y posibilidad de unión
entre las facciones Árabes enemistadas desde tiempos inmemoriales. Su
vivacidad como estratega militar le llevarán a alcanzar la tan deseada
victoria sobre el imperio otomano, pero su alma seguirá vacía mientras no
encuentre algo que satisfaga el hambre por algo más que el honor y la
gloria, jamás por el lucro personal, así emprenderá la azarosa búsqueda de
si mismo.
Una de las obras cumbres del cine mundial. David Lean orquesta, con aires
operísticos, la increíble historia de T.E Lawrence en su viaje de auto
realización por los desérticos parajes de Arabia.
Increíblemente sobresaliente adaptación de Robert Bolt, de la novela del
propio T.E Lawrence “Seven Pilars Of Wisdom”, condensando en este extenso
metraje los avatares y experiencias vividas a lo largo de la gran guerra,
narrando loablemente tristes episodios, como su fatídico deceso, en la
primera escena del film.
El tacto narrativo de Lean llega hasta extremos inalcanzables, logrando así
el clímax en su uso del cinemascope, digno de esta gigantesca epopeya.
Otro punto meritorio del film es la monumental actuación de Peter O’Toole
como Lawrence, un joven en busca de un misterioso sueño, de actitud
perturbada y despreocupada hacia la imponencia de los oficiales Británicos,
atónitos a la pasión y entrega de este singular personaje de débil aspecto
pero dotado de increíble fuerza espiritual.
Una fastuosa puesta en escena, hermosa fotografía de Freddie Young,
espectacular banda sonora de Maurice Jarré, que junto a los míticos
fotogramas de Lean, exaltan la imagen de Lawrence cruzando los desiertos
como si de una deidad se tratase. Magnífica.Pierluigi Puccini
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