LOS SUEÑOS DE AKIRA KUROSAWA (1990)
Director: Akira Kurosawa.
Intérpretes: Akira Terao, Mitsuko Baisho, Toshie Negishi, Mieko Harada.
Ocho relatos basados en los propios sueños del maestro Akira Kurosawa, ocho
historias que reflejan la relación del hombre con su entorno, el
desarrollo desde la infancia, su relación con el arte, la
espiritualidad, la muerte y la ecología.
Pura poesía en ocho cortometrajes, todos ellos vinculados entre sí y con
un mismo mensaje global, es el resultado de una colaboración entre el
propio octogenario director Kurosawa y uno de sus discípulos más
reconocidos, Steven Spielberg (que conste que aún no soy capaz de
descubrir qué es lo que ha aprendido en realidad este discípulo de su
maestro, pero esa es otra historia).
En el primero de los relatos, un muchacho se adentra en el bosque donde
es testigo de un desfile que celebra la boda entre espíritus de zorro,
lo que le puede ocasionar nefastas consecuencias. En el siguiente, el
mismo muchacho conversa con los espíritus de tres melocotoneros talados
cruelmente. Le siguen las hazañas de un grupo de escaladores de montaña
que salvan su vida, en medio de una terrible tormenta, gracias a una
espiritual ayuda. En el cuarto sueño, otra vez el muchacho, ya adulto,
se encuentra en un túnel abandonado con los espíritus de todo un
batallón militar japonés de cuyas muertes fue responsable. A
continuación, un estudiante de arte vive de cerca la experiencia
artística de la mano de Van Gogh (interpretado por Martin Scorsese)
cuando se adentra en una conocida obra suya. La sexta historia, más que
sueño es una pesadilla sobre una amenaza nuclear que se cierne sobre
Japón y que tiene continuidad con el relato siguiente que, en la misma
tónica, se centra en las terribles mutaciones que los hombres sufren por
efecto de la radiación. Cierra el ‘film’ un último sueño en el que un
joven tiene un encuentro con un hombre de ciento tres años de edad que
vive en una utópica aldea rural en la que todos los vecinos están en
permanente conexión con su entorno natural.
Lo dicho, pura poesía en una cinta fascinante subvencionada por
Industrial Light & Magic, que refleja el alter ego del propio Kurosawa,
evolucionando desde sus recuerdos de infancia hasta constatar un mundo
degradado y violento que vive de espaldas a la armonía de la naturaleza.
Martin Robles