Dirección: Gerard Johnstone.
Intérpretes: Allison Williams, Violet McGraw, Amie Donald, Brian Jordan Álvarez.
Con guión de Akela Cooper (“Luke Cage”).
Sinopsis
Gemma (Allison Williams), una ingeniera robótica que trabaja para la empresa Funki, adquiere la custodia de su sobrina, Cady (Violet McGraw), tras la muerte de sus padres en un accidente.
Gemma ha creado un androide, M3gan, muñeca con inteligencia artificial que prueba en su casa como compañía de Cady.
Las cosas parecen ir bien hasta que M3gan decide desobedecer y actuar por su cuenta de manera violenta.
Crítica
Película sobre inteligencia artificial con toques de terror protagonizada por una muñeca humanoide llamada M3gan.
M3gan es la protagonista absoluta.
Es un robot hiperrealista con una imagen cándida (vestida como una muñeca de porcelana del siglo pasado) que establece rápidamente un estrecho vínculo con Cady, la sobrina de su creadora, que desemboca en sucesos trágicos.
Poco a poco, M3gan se irá transformando en el ser maligno perfecto.
La película pone sobre la mesa varias cuestiones en relación con la inteligencia artificial: la responsabilidad de las IA en intervenir en las vidas de las personas; la dependencia emocional de esas personas; y, sobre todo, los peligros para la sociedad de que el autoaprendizaje supere los bloqueos de seguridad y control, de forma que acaben tomando sus propias (y malas) decisiones.
No se profundiza demasiado en ninguno de esos temas, progresando la historia hacia la violencia y el terror.
La principal protagonista “humana” es una ingeniera inmadura, Gemma, incapaz de hacerse cargo de la nueva situación y apoyada en la IA para gestionar el cuidado de su sobrina, una niña que se aferra a la inmediata conexión con M3gan con enfados violentos y desconcertantes.
Eso es un reflejo de los peligros de abusos de la tecnología para el cuidado de los niños.
La película pasa por momentos poco creíbles y predecibles.
Su interés se pierde de forma progresiva al explotar la citada vertiente terrorífica con situaciones que recuerdan a otras cintas previas, como “Chucky” del “Muñeco Diabólico” o “Annabelle”, hasta llega al desbarre en el clímax, dejando abierta la posibilidad de una secuela.