MAN ON THE MOON (1999)
Director: Milos Forman.
Intérpretes: Jim Carrey, Danny DeVito, Courtney Love, Paul Giamatti.
Andy Kaufman (Jim Carrey) desde pequeño siempre quiso hacer reír, era su único objetivo en la vida. Eso sí, su humor era todo menos convencional, la provocación, el
enfrentamiento con el público y con los magnates de la industria del
entretenimiento se convirtieron en una constante a lo largo de toda una
vida prematuramente cercenada por el cáncer. No dejó sin embargo la
originalidad en la muerte, manteniendo un halo de misterio y por que no
decirlo, cachondeo, alrededor de su propio ocaso.
El checo Milos Forman es uno de esos cineastas que se desenvuelven con
soltura y oficio en cualquier tipo de género, aquí compone una biografía
cinematográfica del humorista norteamericano Andy Kaufman, hombre polémico
por sus métodos de provocar la carcajada, siempre de la mano de la impresión
en el espectador y del descontrol de formas y contenidos. Los personajes que
navegan alrededor de este personaje simplemente se dejan llevar por el vendaval de
pasión que desborda y eso lo capta a la perfección el director dejando el
absoluto protagonismo al lucimiento de Jim Carrey, en el mejor papel de su
carrera. Subalternos de lujo son el magnífico Danny de Vito, en la piel del
productor televisivo George Shapiro, Paul Giamati, el amigo de siempre, y la
cantante Courtney Love, que ya participo con Forman en la brillante “El escándalo de Larry Flint “. El guión capta muy bien las peripecias humanas y
profesionales de este curioso artista, sus shows y el podrido manejo del
mundo de la televisión al que la pesada cadena de dólares no deja mucha
libertad de movimientos. La parte más lúcida es la final,
cuando el artista es poco más que un hombre enfermo con un último sueño que
cumplir, dar un recital por el que ser recordado siempre, lograr el tan
ansiado cariño del público. No cae el film en la lágrima fácil tan propia de
la películas sobre vidas truncadas bruscamente, aunque hay escenas que
provocan la ansiada emoción como aquella en la que Jim Carrey cansado,
enfermo y calvo confiesa a su manager y figura paternal, Danny DeVito que
se va a Filipinas, el otro le pregunta “buscando qué” y la respuesta clara
sencilla sincera de ese payaso triste y apagado es
“un milagro”.
Alberto M. González
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