Dirección: Michael Gottlieb.
Intérpretes: Andrew McCarthy, Kim Cattrall, Estelle Getty, James Spader.
Con guión de Michael Gottlieb (“Mr. Nanny”) y Edward Rugoff (“Atrapa Ese Maniquí”).
Sinopsis
Jonathan Switcher (Andrew McCarthy) es un aspirante a escultor que vive en Filadelfia.
Acumula trabajos en los que es despedido por ser demasiado “artístico”: pizzero, jardinero… hasta que se estabiliza cuando la dueña de unos grandes almacenes en decadencia, Claire Timkin (Estelle Getty), le ofrece un empleo en su negocio agradecida por haberle salvado de un accidente.
Como trabajador nocturno, Jonathan descubre que un maniquí toma vida con el espíritu de Emmy (Kim Cattrall), viajera en el tiempo procedente del Antiguo Egipto.
Pronto surge un enamoramiento, al tiempo que el trabajo como escaparatista de Jonathan provoca un resurgimiento de los grandes almacenes.
Crítica
Película ochentera que emparejó a Andrew McCarthy con Kim Cattrall en una relación humano-maniquí al estilo de la cinta clásica “Venus Era Mujer”, con Ava Gardner como estatua y Robert Walker como su partenaire.
La película es un escapismo sin pretensiones de fantasía romántica con toques de comedia aportados por secundarios pintorescos, principalmente por el estereotipo homosexual que interpreta con chispa Meshach Taylor y el torpón guarda de seguridad (con su perro Rambo) encarnado por G. W. Bailey, conocido por su participación en las películas de “Loca Academia De Policía”.
La cinta es muy irregular en sus gags cómicos… gracia tiene poca; la trama, con competencia empresarial, es bastante pedestre y muy previsible en la relación central de pareja… poco creíble; creando suficientes momentos de acción con slapstick.
La música, new wave y marchosos sintetizadores, es la típica de estos productos 80s, sonando también canciones de Belinda Carlisle, Starship o los Temptations.
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