Dirección: Howard Deutch.
Intérpretes: Bruce Willis, Matthew Perry, Amanda Peet, Natasha Henstridge.

Con guión de George Gallo (“Huida a Medianoche”).

Sinopsis

El dentista Nicholas “Oz” Oseranski (Matthew Perry) requerirá la ayuda del asesino a sueldo Jimmy “El Tulipán” (Bruce Willis) después de que su esposa Cynthia (Natasha Henstridge) sea secuestrada por un mafioso llamado Laszlo Gogolak (Kevin Pollack).
Jimmy, retirado desde hace tres años, reside felizmente en México con Jill (Amanda Peet) en un bungalow situado junto a la playa, ocupando principalmente su tiempo principalmente en tareas domésticas.

Crítica

Si la primera entrega, dirigida por Jonathan Lynn, ya era una comedia criminal del montón que empleaba como motor humorístico la figura del ciudadano corriente y moliente metido en líos en un escenario fuera de su habitual entorno, esta secuela no eleva las virtudes de la primera.

La premisa inicial de esta historia expandida, que concedía cierta gracia a algunas situaciones derivadas de la química entre la pareja masculina protagonista, está explotada hasta la saciedad y la búsqueda de singularizar comportamientos y apariencias ajenas a la tipología que se le supone a los caracteres, recargando esta particularidad con Bruce Willis, no logra funcionar demasiado más allá del chiste aislado y la intervención de personajes anecdóticos sin interacciones naturales, protagonistas de momentos de humor de escaso efecto, sin slapstick de primer nivel ni intercambios verbales lo suficientemente ingeniosos para crear gags risibles.

Las situaciones resultan forzadas y las actuaciones poco creíbles, parte integrante de una historia engorrosa con una narrativa sin personalidad que conforma un título cómico-criminal menor.

Qué pena, porque repetían las mozas de buen ver en el reparto, como Amanda Peet o Natasha Henstridge, y tipos de conocidos rostros que se suponen simpáticos, como el citado Bruce Willis o Matthew Perry.

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Bruce Willis
Matthew Perry
Amanda Peet
Natasha Henstridge