Dirección: Hayao Miyazaki.
Intérpretes: Película de animación.
Con guión de Hayao Miyazaki (“El Viaje De Chihiro”).
Sinopsis
Japón, año 1958.
Tatsuo Kusakabe, un profesor universitario que tiene a su mujer enferma en un hospital, se instala junto a sus hijas Mei y Satsuki en una casa de campo.
Pronto, la pequeña Mei percibe extrañas criaturas que viven en su nuevo hogar.
Más tarde, la propia Mei, explorando un gran árbol, descubre a un extraño ser al que llama Totoro.
Crítica
Mei y Satsuki son dos niñas pequeñas que se mudan a una casa de campo con su padre mientras su madre está ingresada en el hospital.
Esta nueva situación resulta un elemento que altera por completo sus vidas.
La familia se adapta a un nuevo entorno, a una nueva casa, mostrando el entusiasmo de las pequeñas por cualquier pequeño detalle… el misterio, la conquista, el miedo… transmitiendo sus sensaciones con sencillez.
La historia, contemplativa, poética, apenas tiene trama hasta bien avanzado su visionado… cuando la hermana pequeña Mei se pierde en el bosque que rodea un enorme árbol, persiguiendo un ser que (en principio) solo ella ve… un pequeño “Totoro”.
En el relato de Hayao Miyazaki numerosos seres sobrenaturales cohabitan con las personas reales, escondidos en el tronco hueco de un árbol gigante o en madrigueras ocultas…
Un espíritu del bosque en forma de conejo gigante “Totoro” y un gato-bus que transporta a estos seres sobrenaturales… creando un universo paralelo como vía de escape para los miedos, la nostalgia… en este caso el mundo está ahí para quien se quiera adentrar en él, pero solo las niñas parecen percatarse de su presencia.
Es una película sencilla y compleja al mismo tiempo con animación clásica japonesa e influencia de la “Alicia En El País De Las Maravillas” de Lewis Carroll.
Orientada a todo tipo de público, incluso al más infantil… está ambientada en los años 50, en un entorno rural donde se narra básica y sencillamente el espíritu infantil, la fantasía, el asombro ante lo desconocido, el miedo, la atracción… la complicidad con los seres fantásticos sobre los que proyectan su desamparo, sus miedos, ilusiones, en una aventura que sucede entre el mundo real y el imaginario.
El guión es simple pero sabe mantener en todo momento el equilibrio entre ingenuidad, sensibilidad dramática… en un cuento sin moralejas, sin villanos y casi sin conflictos.
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