Dirección: Simon McQuoid.
Intérpretes: Lewis Tan, Jessica McNamee, Josh Lawson, Joe Taslim.

Con guión de Dave Callaham (“Wonder Woman 1984”) y Greg Russo.

Sinopsis

Japón, año 1617. Bi-Han (Joe Taslim) asesina al ninja Hanzo Hashashi (Hiroyuki Sanada), a su mujer y a su hijo. Su hija pequeña es trasladada por Lord Raiden (Tadanobu Asano) al Reino de la Tierra.
En la actualidad, el luchador de artes marciales, Cole Young (Lewis Tan) recibe la visita de Jax (Mehcad Brooks), quien le informa que el dragón que tiene en su cuerpo pertenece a la estirpe de Hanzo Hashashi. Todos los portadores del mismo símbolo tendrán que luchar contra los guerreros del Reino del Mundo Exterior, liderados por Shang Tsung (Chin Han), para impedir la conquista del Reino de la Tierra.

Crítica

Versión del videojuego Mortal Kombat, fantasía de lucha y universos paralelos que enfrenta a dos grupos antagónicos de guerreros.
La película no engaña a nadie. Tras un prólogo de introducción de época, el film va ligando a sus personajes con claves primarias de trabajo en equipo, instrucción y superación con lucha épica entre el bien y el mal; con conglomerado de monstruos, ninjas, villanos poderosos y superhéroes.

Los personajes son funcionales, los diálogos simples, las peleas abundantes y violentas, los efectos desiguales, y las interpretaciones mejorables.
Los amantes de la acción de serie B, con momentos gore, puede que no se aburran.