• Por Antonio Méndez

no mataras poster criticaDirección: Krzysztof Kieslowski.
Intérpretes: Miroslaw Baka, Krzystof Globisz, Jan Tesarz, Barbara Dziekan.

Con guión de Krzysztof Kieslowski (“Tres Colores: Azul”) y Krzysztof Piesiewicz (“No Amarás”).

Sinopsis
En Varsovia, la capital de Polonia, un hombre llamado Jacek Lazar (Miroslaw Baka) vagabundea por sus calles.
En la misma ciudad trabaja un taxista llamado Waldemar Rekowski (Jan Tesarz) y otro, Piotr Balicki, (Krzystof Globisz) logra pasar su examen como abogado.

Crítica




no-mataras-kieslowski-critica-reviewEsta película puso en el mapa cinematográfico al polaco Krzyszfot Kieslowski.

Es una historia contra la pena de muerte caracterizada por la plasmación cruda, oscura, pesimista de la Varsovia en la última etapa de su régimen comunista… y por la visión pesimista de la vida en general.

La vida y la liviana frontera con la muerte.
La vida como capricho de quien detenta la fuerza y/o el poder.

Comienza con una rata, después un gato, niños… hombres…. Estado.

Kieslowski, vinculando a tres personajes principales, tinta el relato urbano con juegos de sombras y luces, primeros planos, siluetas; con modo de docudrama psicológico-criminal con cámara en mano.

Es una película dura.
Sencilla dentro de la complejidad que conlleva horadar sin adornos en la esencia humana y su destino, y previsible en la ligazón del terceto, pero de interés.



no-mataras-review-critica-short-film-about-killingUn taxista (Jan Tesarz) se prepara para iniciar la jornada laboral dando lustre a su herramienta de trabajo. Mientras, no muy lejos, el joven Jacek (Miroslaw Baka) deambula ensimismado por las calles de Varsovia. En otro lugar de la ciudad, Piotr (Krzystof Globisz) supera un proceso de selección para ejercer como abogado. De forma trágica, las existencias de todos ellos terminarán confluyendo.

Tres vidas, tres destinos y una sola verdad incontestable: no matarás.

Esta es la fórmula propuesta y desarrollada de una manera magistral por un Krzysztof Kieslowsky en estado de gracia.

En la línea emocional de la también soberbia, “No Amarás” (1988), precursoras ambas de la serie para televisión “El Decálogo”, Kieslowsky logra lo que muy pocos artistas han conseguido. A saber: plasmar en su obra algo tan invisible como puede ser el alma.




Partiendo de un excelso guión en el que ni falta, ni sobra un fotograma (utilizando la elipsis cuando debe hacerse), Kieslowsky, dotado de un talento narrativo innegable, desmenuza las personalidades de los tres protagonistas con mínimos apuntes, dando por supuesto la inteligencia de quien se sienta frente a la pantalla (cosa que siempre es de agradecer).

Pero en este tratado sobre la voluntariedad de acabar con la vida ajena, no sólo se denuncia el crimen punible, sino que se mete el dedo en esa llaga aún existente que es la pena capital. Para los dos casos, nada mejor que la dilación del tempo en los momentos en los que por uno u otro motivo, se decide eliminar al prójimo.

Capítulo aparte merece la agudeza del director polaco en plantear la casualidad o la aleatoriedad de los comportamientos para determinar el fátum de los personajes (una constante en su carrera). El taxista que desecha egoístamente a ciertos clientes que podían haberle desviado del inevitable camino que le esperaba, o bien, la decisión del chico por escoger una parada de taxis en particular.

En este sentido cabe preguntarse, ¿y si Jacek se hubiera topado con Capra en lugar de encontrar a Hare y su tediosa “Wetherby” (1985), esa película no recomendada sabiamente por la presumida taquillera?

Alberto Alcázar