• Por AlohaCriticón

OLIVER TWIST (2005)

Dirección: Roman Polanski.

Intérpretes: Barney Clark, Ben Kingsley, Mark Strong, Leanne Rowe.

Oliver Twist (Barney Clark) es un huérfano criado en un hospicio en donde los niños se mueren de hambre. Después de intentar conseguir más comida, Oliver será enviado a limpiar chimeneas antes de trabajar con el enterrador Sowerberry (Michael Heath) y trasladarse a la gran ciudad de Londres, en donde se unirá a Fagin (Ben Kingsley) y su grupo de ladronzuelos.

Lo peor que se podría decir de una película dirigida por un tipo al que se le supone interesante como Roman Polanski es que no aporte a una de sus películas una perspectiva personal, como así sucede en esta adaptación del clásico del escritor inglés Charles Dickens que adecuadamente llevara (y con tonos más sombríos que esta) David Lean a la gran pantalla con John Howard Davies en el papel protagonista y con Alec Guinness como Fagin.

Resulta menesteroso afirmar que lo mejor o lo único que se puede decir de una película de un autor como Polanski (quien adaptó con personalidad propia el “Macbeth” de Shakespeare) es… qué preciosidad de diseño de producción, qué gusto por el detalle, y qué maravillosa y bien caracterizada está la época decimonónica.

La historia, conocida hasta decir basta y que podría tener similitudes con la propia infancia del director (y de ahí urdir otra perspectiva), sigue al huérfano inocente envuelto con personajes desdeñosos, asuntos criminales, ambientes sórdidos y confrontaciones maniqueas (para bien en su función de exposición y denuncia social con mensajes positivos en confrontación de comportamientos), pero no tiene singularidad alguna más allá de transferir sin gracia las claves de su referencia literaria, rebotando en observaciones sociales manidas y caricaturizadas, sin trato incisivo, sin compactar el tono y careciendo de emociones profundas que sustenten el interés de una trama tibia de exposición arrítmica, la cual, al igual que “El pianista”, está adaptada por el guionista Ronald Harwood.

El niño elegido, Barney Clark, no cautiva como Oliver Twist y palidece ante otras interpretaciones previas (Davies, Mark Lester…), lo que ya disipa y desangela sus peripecias, y el personaje de Fagin es muy agradecido de interpretar por un Kingsley que remeda a la perfección a mitos como Alec Guinness o Lon Chaney.

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Roman Polanski

Ben Kingsley

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