OPERACIÓN CROSSBOW (1965)
Dirección: Michael Anderson.
Intérpretes: George Peppard, Sophia Loren, Trevor Howard, John Mills.
Último tramo de la Segunda Guerra Mundial. Un grupo de militares aliados intentará infiltrarse en Alemania para destruir una base nazi de construcción de misiles, en donde se están fabricando las bombas V1 y V2.
“Operación Crossbow” es una peculiar superproducción del oportunista Carlo
Ponti que, seguramente, quiso explotar el filón descubierto por “Los Cañones
de Navarone” y continuado por “El desafío de las Águilas” y tantos otros
largometrajes.
De forma paralela a “Los Cañones de Navarone”, Ponti se rodeó de un
impresionante reparto, encargó un largometraje bélico donde los héroes
operaran en territorio enemigo y consiguió que la película destilara acción
durante una hora y media para intentar competir con la televisión. Lo que
sucedió es que aquí se acabaron las semejanzas con las demás cintas. Y es
que el resultado fue un producto muy interesante gracias, sobre todo, a la
original estructura narrativa.
“Operación Crossbow” se divide en tres partes
bien diferenciadas: un prólogo realista, donde el director (Michael
Anderson, en una de sus mejores cintas) relata, casi como un documental,
como los alemanes consiguen fabricar las temibles bombas V1 y V2 (fueron las
precursoras de los misiles balísticos actuales, aunque la ignición de las V1
se producía después del lanzamiento con catapulta y no antes como aparece en
el film) y como los ingleses intentan contrarrestar esa amenaza descubriendo
el emplazamiento y los arsenales nazis; una segunda parte, totalmente
ficticia, cuyo eje es la infiltración dentro de las filas alemanas por parte
de tres espías aliados; y una tercera, la más interesante, en la que mezcla
el docu-drama del prólogo con la ficción, para conseguir un todo perfecto.
Mucha de la culpa del éxito de la película se debe al guionista: el siempre
efectivo Emeric Pressburger (habitual colaborador de Michael Powell en, por
lo menos, tres obras maestras). Pressburger (aquí bajo el seudónimo de
Richard Imrie) consigue que el espectador se quede boquiabierto varias veces
en la primera mitad de la película. Además, de forma osada, destaca las
hazañas de la heroína nazi Hannah Reitsch, la piloto que arriesgó su vida
para que el proyecto V1 finalizara con éxito. Anteriormente había hecho algo
parecido en la excelente “Coronel Blimp” (“The Life and death of Colonel
Blimp” de Michael Powell y Emeric Pressburger, 1943), que sorteó con
dificultad la censura del propio Winston Churchill.
Estos y otros atractivos, que seguramente observará el espectador, son los
que propician que “Operación Crossbow” se encuentre ocupando un lugar
preeminente dentro del cine bélico.
Fernando de Cea
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