• Por Antonio Méndez


Dirección: Franck Khalfoun.
Intérpretes: Rachel Nichols, Wes Bentley, Philip Akin, Miranda Edwards.

Con guión de Alexandre Aja (“Alta Tensión”, “Reflejos”), Franck Khalfoun y Grégory Levasseur (“Alta Tensión”, “Reflejos”).

Sinopsis

Angela Bridges (Rachel Nichols) pasará la peor Navidad de su vida cuando un psicópata llamado Thomas (Wes Bentley), guarda del párking del inmueble de su empresa, la encierre en su oficina con la intención de que ambos compartan la cena de Nochebuena.

Crítica




parking2-peliculaHistoria de suspense con maníaco que muestra la ansiedad de la protagonista compartida con el espectador en un espacio laberíntico. Contrastan la placidez familiar de la fecha en la que transcurre la acción con la angustia sufrida por el apresado personaje femenino, imposibilitado de disfrutar de tal placidez.

La película, que (entre otras referencias de mujer frágil en situación límite) posee claras huellas de “El Coleccionista” de William Wyler en el hecho de la retención del objeto amoroso con el objetivo del conocimiento y profundización emocional obligada, se inicia con un flash-forward que nos sitúa en un escenario del que ya rara vez saldremos.




Rachel Nichols (“La Morada Del Miedo”), en una meritoria interpretación, interpreta a una atractiva mujer adicta al trabajo. Tanto se dedica a sus labores que no tiene ni tiempo para tener novio. Este hecho es conocido por Wes Bentley (“American Beauty”), solitario guarda de seguridad del parking del edificio de la empresa de Rachel que está obsesionado con su persona. La espía, la sigue con las cámaras de seguridad, conoce su vida, su contexto familiar…

Estamos ante el típico retrato del hombre en principio amable, cordial, que esconde (el lado oscuro del aparentemente ciudadano normal) a un perturbado que quiere superar sus limitaciones y odios con métodos dañosos, aunque su alteración maníaca y su egocentrismo le haga creer que sus actos se mueven con un objetivo noble, como es conquistar y defender a su amada.




parking 2 reviewTras el primer punto de giro, la película, nada original pero manejada visualmente con acierto para crear suficiente tensión, amplía el dramatismo psicológico del personaje femenino en una realidad kafkiana y termina por definir los objetivos del masculino, convirtiéndose el film en un duelo que acentúa la psicopatía del obseso y la lucha de la protagonista por eludir su condición de prisionera en unas circunstancias de supervivencia ante un hombre desequilibrado de imprevisible comportamiento.

Tal duelo, que podría seguir manteniéndose en la pugna psicológica que ayudase a conocer mejor a los personajes más allá de la situación creada, termina yéndose por lo más fácil y optar por el correcalles sanguinolento, rutina que es salvada en ocasiones con apariciones de personajes secundarios, unos de cierta sorpresa y otros previsibles dentro de un guión con no pocos tópicos cuando no algún hueco.
No obstante, un entretenimiento pasable de dinámica acción claustrofóbica y suspense psicológico.

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Rachel Nichols
Wes Bentley