Dirección: Ang Lee.
Intérpretes: Wei Tang, Tony Leung, Wang Lee-Hom, Joan Chen.
Película basada en un relato de Eileen Chang.
Con guión de James Schamus (“Tigre y Dragón”, “Hulk”) y Hui-Ling Wang (“Tigre y Dragón”, “Comer, Beber, Amar”).
Sinopsis
Shanghai, Segunda Guerra Mundial.
China invadida por Japón.
Wong Chia Chi (Wei Tang) es una joven estudiante y actriz teatral que, por mediación de un compañero del grupo de teatro llamado Kuang Yu Ming (Wang Lee-Hom), se involucra en un plan que busca el asesinato de Mr. Yee (Tony Leung), alto miembro del Guomindang con el que Wong intimará para ganarse su confianza.
Crítica
Ang Lee adaptó a la autora china Eileen Chang en esta película que mezcla una intriga de espionaje en ambiente de ocupación en los años 40, algún apunte costumbrista, aspectos iniciáticos y un intenso drama erótico con gradual sometimiento y control amoroso-sexual.
En cuanto al aspecto de intriga político-criminal el film, con referencias al estilo de los clásicos thrillers de los años 40, se maneja con un sereno tacto que progresivamente introduce la situación y los personajes en ambientes que combinan ansias juveniles nervudas de venganza y subversión, iniciación en mundos poco afines a muchachas virginales, agitados exteriores en donde se confunden aceras y calzadas, y estampas interiores de laxitud cotidiana, con actores chinos intentando asesinar a un traidor colaboracionista con Japón y mujeres acomodadas confinadas al “solaz” casero del mahjong.
El magisterio en el tempo de Lee le permite, sin aceleración y cuidando tanto el texto como la imagen, intimar con tales diversos escenarios y caracteres de forma sosegada, exponer sus motivaciones y desarrollar a sus personajes, incidiendo con crudeza en momentos climáticos, como el brutal acuchillamiento que pone fin a la “primera parte” de la película. Una escena realista, dura, sin concesiones a la caricatura.
También, en un mar de sutiles insidias con fenomenales interpretaciones, tiene tiempo para llevarnos al cine y contemplar carteles de “Sospecha” e imágenes de “Serenata Nostálgica” o “Intermezzo”.
El drama erótico y la relación entre el veterano Tony Leung y la joven estilizada Wei Tang, más que su trasfondo político, acentúa la sugerencia final de esta película, que opera con inquietantes situaciones de un deseo y manipulación potenciados en su inicio y ejecutados sin miramientos y de manera cautivante en su tramo final, con una serie de escenas sexuales muy explícitas que vinculan en la cama y de forma muy intensa a dos presuntos “enemigos” en una maratón de encuentro copular y en una relación que transgrede en sus resultados finales la clásica figura de femme fatale a lo Mata-Hari por el de “homme fatale”.
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