Dirección: Fernando Merino.
Intérpretes: Alfredo Landa, Mónica Randall, Mirta Miller, Tina Sáinz.
Película basada en una obra teatral de Jaime de Armiñán. Con guión de Silvio F. Balbuena (“Siempre En Mi Recuerdo”, “Prohibido Soñar”).
Sinopsis
El catedrático Emilio Vallejo (Alfredo Landa) ha dejado en Zamora plantada a su novia en vísperas de la boda para irse a Madrid y alojarse en una habitación del piso que comparten las amigas de su expareja (Mónica Randall, Mirta Miller, Silvia Tortosa y Tina Sáinz). Al principio, estas últimas lo reciben con reticencia, pero poco a poco, todas se sentirán atraídas por Emilio.
Crítica
Al margen de la chispa de las primeras apariciones de Josele Román (la prostituta) y Rafael Hernández (el sereno) con la llegada de Alfredo Landa a Madrid, esta comedia de Fernando Merino, que adapta una obra teatral de Jaime de Armiñán, es un bodrio arbitrario sin sentido en sus acciones y motivaciones.
Ni se entiende qué pinta Landa en el piso tras la huida del bodorrio, ni, entre otras cosas, su conversión en centro erótico de mujeres en competencia por las virtudes de un objeto singular de deseo, el “intelectual” acosado sexualmente por variadas tipologías femeninas.
Los chistes y actitudes recurrentes no funcionan, con algunos personajes bastante cargantes; y la derivación enloquecida de la trama resulta forzada, con alguna aparición simpática de Luis Varela como vecino voyeur.
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