Dirección: Aneesh Chaganty.
Intérpretes: John Cho, Debra Messing, Joseph Lee, Michelle La.
Con guión de Aneesh Chaganty y Sev Ohanian (“My Big Fat Armenian Family”).
Sinopsis
David Kim (John Cho), que ha perdido a su mujer a causa de un cáncer, investiga la desaparición de su hija Margot (Michelle La) con la ayuda de la policía Rosemary Vick (Debra Messing).
Intentando encontrar pistas sobre su paradero, David emplea su ordenador para buscar archivos y hallar contactos en redes sociales.
Crítica
Thriller singular que cuenta la historia continuamente a través de pantallas de diferentes tipos, en especial de ordenadores.
Lo que es un recurso de partida consigue meternos de lleno en la trama y acompañarnos durante toda la narración del film.
Margot, la hija de David Kim, ha desaparecido sin dejar rastro y su padre hará todo lo posible por localizarla.
Para ello recurrirá a su ordenador personal, sus cuentas de correo, redes sociales… convirtiéndose su contenido en el centro del misterio, actuando paso a paso para entender la causa de su desaparición.
El recurso de las pantallas está muy bien utilizado en la primera parte de la película, es original, aunque por momentos pueda resultar claustrofóbico.
Consigue mantener la atención, la intensidad, y no es tan limitado como pueda parecer ya que hay archivos de todo tipo: vídeos, fotos, correos electrónicos, mensajería, conversaciones por videollamada, búsquedas por internet, pantallas de televisión, publicidad, antivirus, registros, cuentas bancarias, salvapantallas, cámaras de vigilancia…
El guión sabe plasmar a la perfección como nos relacionamos con este tipo de medios, la clase de personas, reacciones, opiniones… que nos podemos encontrar en redes sociales; las interacciones con la noticia del suceso a medida que se desarrolla la trama; la falta de escrúpulos; lo fácil que resulta manipular la opinión de la gente; como los más jóvenes se relacionan con este tipo de medios contando su existencia a través de móviles, portátiles, la soledad a pesar de la excesiva exposición pública; la sobreprotección paterna; los peligros de las relaciones ciberneticas.
Al margen de sus virtudes narrativas y el original vínculo del thriller criminal con el mundo cibernético, en su último acto un giro de guión hace que la película se vuelva un tanto torticera, manipuladora, exagerada, de forma que desmonta la credibilidad de la trama.
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