Dirección: Chen Kaige.
Intérpretes: Heather Graham, Joseph Fiennes, Natascha McElhone, Ulrich Thomsen.
En las nebulosas calles londinenses es donde se produce el primer encuentro entre Alice; diseñadora de cd-rom para importantes compañías (Heather Graham) y Adam Tallis (Joseph Fiennes); un reconocido escalador. Es a partir del momento en que sus miradas se cruzan en un semáforo y sus manos se tocan levemente; cuando surge entre ellos una atracción casi animal que será; por el momento; el hilo conductor de su relación. Hasta que unas notas anónimas hacen que Alice comience a sospechar que quien se ha convertido en su marido, tiene que ver con la misteriosa desaparición de mujeres muy próximas a su entorno.
El elenco protagonista es completado por una siempre bella Natascha McElhone (“Ronin”, “El Show De Truman”) que interpreta el papel de Deborah, la hermana de Adam y futura confidente de Alice.
No es la primera vez que vemos a dos atractivos actores en una película con el sexo como reclamo de taquilla (“Nunca Hables Con Extraños” con Antonio Banderas y Rebeca de Mornay, “Pecado Original” de nuevo Banderas, pero esta vez con Angelina Jolie, “En Carne Viva” Meg Ryan – con su primer desnudo en pantalla- y Mark Ruffalo; y un largo etcétera) si bien en la película de Chen Kaige – “Adios A Mi Concubina” 1993, “Luna Tentadora” 1996- lo que en principio puede parecer una historia de amor y sexo, se convierte inesperadamente en un thriller psicológico con unos tintes obsesivos que queda bastante bien parada en comparación con otras buenas películas del género.
Primer largometraje del director chino con actores y exteriores occidentales en una película con guión de Kara Lindstrow basada en la novela “Un Amor Dulce y Peligroso” de la periodista Nicci French; y que en palabras del propio director jamás hubiera podido rodar en su país debido a la fuerte censura allí ejercida sobre el cine.
Cabe destacar el tratamiento de la imagen que inequívocamente nos recuerda al estilo oriental de filmación, con planos llenos de color y recreación – quizá extrema para el tema que nos ocupa- de objetos importantes de cara al sentido estético de la cinta.
Buen trabajo de dirección, producción y ambientación (habría que incidir en el maquillaje de Anne- Cathrine Sauerberg que en numerosas secuencias convierte a la protagonista en un clon de Heidi con pómulos rosados), para una película de lucimiento del actor británico carne de teatro Joseph Fiennes. Entretenida.
Cristina Gómez
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