Dirección: Henry Koster.
Intérpretes: Deanna Durbin, Charles Winninger, Ray Milland, Binnie Barnes.
Con guión de Adele Comandini (“Camino De La Felicidad”, “Dulce Evocación”).
Sinopsis
Tres hermanas, Penny (Deanna Durbin), Kay (Barbara Read) y Joan (Nan Grey), deciden ir desde Suiza, en donde viven con su madre divorciada (Nella Walker), a Nueva York, con el propósito de impedir la boda de su padre, un rico banquero (Charles Winninger), con una cazafortunas llamada Donna Lyons (Binnie Barnes).
Crítica
Esta comedia musical de la Universal fue el debut en Hollywood tanto de su director, Henry Koster, tras dejar la Alemania nazi, como de la joven Deanna Durbin, quien motoriza la acción del film y luce voz operística en varias secuencias del film.
La película no está mal, a pesar de su cómodo y previsible final, de sustentarse en el chantaje emocional con sentimentalismo familiar, de que el flechazo amoroso de Ray Milland con Barbara Read no es verosímil, y de crear un enredo con el objetivo de reprimir la libertad de elección e interés romántico, llegando a caer casi mejor la antagonista (Binnie Barnes) que el trío de muchachas empeñadas en rejuntar a sus padres.
Con sus defectos, se trata de una película entretenida, con una secuencia magistral en el local de baile narrada con ritmo, mostrando talento cómico en diálogos, falsa identidad, equívocos; con un ambiente elegante, sofisticado… estupendo tramo de screwball comedy el de esa secuencia.
También hay que destacar la presencia de secundarios con chispa que avivan la historia, en especial al buscavidas Mischa Auer.
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