• Por Antonio Méndez


Dirección: John Stockwell.
Intérpretes: Josh Duhamel, Melissa George, Olivia Wilde, Desmond Askew.

Con guión de Michael Ross.

Sinopsis

Un grupo de jóvenes se encuentra haciendo turismo en Brasil, entre ellos Alex (Josh Duhamel), su hermana Bea (Olivia Wilde) y la amiga de Bea, Amy (Beau Garrett). Tras sufrir un accidente con su autobús, tendrán que establecerse en un aislado pueblo cercano al mar, descubriendo que las playas y la selva no son un lugar tan paradisíaco como parece.

Crítica

turistas-foto-critica-peliculasPelícula de ambiente vacacional-selvático con apertura en flash-forward e introducción de varios jóvenes pasándolo pipa en una playa aislada con chiringuito, hallada tras sufrir un accidente de autobús en pleno periplo brasileño. Que se mojan, se remojan, danzan pegaditos en fiestas nocturnas, algunos de ellos son tentados sexualmente por las garotas, otros se emparejan, beben caipirinhas…

Todo parece idílico hasta que el grupo de procedencia anglosajona (varios estadounidenses, un par de británicos y una australiana que chapurrea portugués) se ve envuelto en una situación extrema de supervivencia con la amenaza de un médico (el típico “mad doctor”) en un entramado de tráfico de órganos y venganza, con lugar para consideraciones sociales tan superficiales como sesgadas y de burda generalización.

La trama, intriga bastante pobretona con bellos paisajes, es un conglomerado de situaciones anímicas o contextuales con protagonismo juvenil y mezcla post-adolescente entre Kafka y Sade, vistas ya en otras cintas previas mucho más violentas que este “Turistas”. Sus influencias van desde “Hostel” a “Saw” pasando por “El Descenso”, por no hablar del ambiente exótico de “La Playa” y de la ascendencia de la “Defensa” de John Boorman (a años luz de estos títulos). Incluso, si poseen sus autores el mínimo bagaje que se le presupone a un cineasta (lo que es mucho presuponer), de “El Malvado Zaroff”.

Los personajes, como suele suceder en estas historias acnéicas-situacionales con caracteres fuera de contexto y escenas de tortura, no ofrecen la dimensión apropiada para implicar emocionalmente al espectador más allá de ocupar posición de testigos del acoso rutinario del tarado de turno, y de la repugnancia que ofrece la fácil explotación mondonguera, aquí “degustada” principalmente en la secuencia “operativa” de su último acto.

Los jóvenes intérpretes hacen lo que pueden para dar vida a sus personajes de nulo interés, y poco más de mérito tienen que lucir tipito en bikini y bañador.

Las escenas subacuáticas, en especial en su clímax, pretenden ofertar un nuevo escenario de condiciones límite que eleve su poco interesante desarrollo, pero aburren más que nada, resultan confusas y con conclusiones tan reiterativas como predecibles.

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Josh Duhamel
Melissa George
Olivia Wilde