Dirección: Chris Bailey, Mark Koetsier y Rob Minkoff.
Intérpretes: Película de animación.
Con guión de Ed Stone (“Species (Especie Mortal)” y Nate Hopper.
Sinopsis
Kakamucho, un lugar habitado por gatos, está siendo amenazado por otros gatos liderados por el villano Ika Chu, quien pretende expandir su territorio antes de que llegue el Shogun.
La leyenda dice que un bravo samurái liberará el lugar, trayendo la paz a la ciudad.
En ese contexto, el perro Hank, entrenado por Jimbo para convertirse en samurái, ayuda a los habitantes de Kakamucho contra la amenaza de Ika Chu.
Crítica
Película de animación que se plantea como un remake de “Sillas De Montar Calientes” de Mel Brooks.
Traslada la trama del Oeste estadounidense al Japón feudal, con el protagonismo de Hank, un perro aspirante a samurái que termina en la aldea de Kakamucho, poblada por gatos, un lugar en donde los perros no son bien recibidos.
Sin embargo, esos gatos necesitan desesperadamente un héroe que les proteja de un poderoso villano, Ika Chu (un gato somalí) que planea destruir su aldea.
El aspirante a samurái, Hank, (un tanto patoso), se convierte en parte del plan para tomar el control.
Desconociendo esas intenciones, Hank es entrenado por Jimbo, un antiguo luchador retirado.
El ritmo narrativo del film tiene altibajos.
El humor es muy simple con algunas bromas escatológicas infantiles, sin resulta nada gamberra, le falta ingenio cómico…
Juega con anacronismos y hace guiños a otras películas como “La Guerra De Las Galaxias”, “Mi Vecino Totoro”, “Godzilla”… además de tomar referencias de otras, entre ellas “Kung Fu Panda”.
A algunos de los protagonistas parece fallarle la chispa.
Tienen personalidades poco atractivas para los niños.
Los momentos más destacados de la animación son los breves flashbacks con un estilo inspirado en el cómic, mucho más expresionista.
La película es un alegato contra los odios colectivos, el racismo, la discriminación, el desprecio al contrario por costumbre o cultura, contra los prejuicios.
Es un entretenimiento irregular para los más pequeños al que le falta un aspecto esencial de la trama: el humor.
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