VENCEDORES O VENCIDOS (1961)
Director: Stanley Kramer.
Intérpretes: Spencer Tracy, Burt Lancaster, Richard Widmark, Marlene Dietrich.
1948, ciudad alemana de Nuremberg. Tras la Segunda Guerra Mundial y después de la derrota nazi se lleva a cabo un juicio en un tribunal internacional presidido por el estadounidense Dan Haywood (Spencer Tracy) con el propósito de impartir justicia en base a los actos criminales llevados a cabo por el ejército alemán.
“¿Es un hombre responsable de sus actos?”
De todos es sabido que la guerra más cruenta, no sólo del siglo XX sino de
la historia, ha sido la Segunda Guerra Mundial. Una sangrienta lucha que se
llevó a más de 60 millones de muertos, una contienda donde por primera vez
el porcentaje de muertes civiles fue más elevada que las militares. Sus
escalofriantes números dan fe de la magnificencia que acontecieron estos
hechos en todo el mundo, y aún después de 60 años del fin del conflicto
siguen teniendo repercusión. Fue una guerra que influyó profundamente en la
actualidad que hoy vivimos, su influencia política, económica, territorial e
ideológica se mantiene en muchos aspectos. Una nación, Alemania, una
ideología, el nacionalsocialismo, se extendió como una plaga por toda Europa
bajo, no sólo de la mano de Adolf Hitler, sino también de la gente que le
apoyaba, individuos que le seguían ciegamente y que exterminaron a miles de
personas en campos de concentración y ejecuciones, llegando a realizar
acciones consideradas inhumanas.
El 30 de Abril de 1945, Adolf Hitler y su reciente esposa Eva Braun se
suicidan en el búnker de los jardines de la Cancillería, dando así fin a una
cruenta lucha en Europa que se extendió durante 6 largos años. De manera
inmediata se produjo la entrada en Berlín del Ejército Rojo y los aliados,
Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. En un primer momento se dividió
Berlín en 4 zonas, controladas cada una por cada país y el paso siguiente
fue hacer por primera vez en la historia un juicio a una serie de personas,
vinculadas con el Tercer Reich, por crímenes de guerra, algo insólito y de
una complejidad enorme. No sólo se dictaron sentencias a Albert Speer,
Rudolf Hess o Kaltebrunner, hubo muchos jueces, políticos, etc., que también
fueron juzgados.
Después de ponernos en antecedentes históricos, “Vencedores o vencidos” no
solamente es una película donde podemos apreciar grandes actuaciones, ya que
dentro de ella se plantea un interesantísimo dilema moral e ideológico de
diversas connotaciones, ya que no sólo se juzgan a las personas sino también
a todo un país, Alemania y dentro de esta excelente realización hay
espléndidos monólogos de una intensidad y credibilidad muy lograda,
consiguiendo tener siempre al espectador atento a cualquier aparición e
intervención que se realiza en el juicio y Kramer dirige de manera soberbia
todos los aspectos, ya que consigue que las casi tres horas de películas no
resulten en ningún momento pesadas y además nos ofrece unas pausas
indirectas que invitan al espectador a reflexionar sobre lo acontecido en
ese momento, es decir no nos aturde con solo la filmación del juicio, nos
hace plantear preguntas en nuestra mente sobre la veracidad de lo que
cuentan lejos de ese espacio reducido. Además Kramer efectúa un manejo
soberbio de la cámara adecuándola en el momento correcto, en la expresión
más enardecida, en como los ojos lo muestran todo y recibimos de manera
profunda la intensidad que rodea a una película que trata un tema tan
delicado.
Después de ver la película, cada uno puede sacar las conclusiones que pueda
pensar que sean ciertas, eso es un logro de la película, ya que consigue
plantearte distintos puntos de vista sobre lo que aconteció en esos
lamentables años. Tampoco defiende una postura concreta, ofrece al
espectador esa libertad, dándonos también momentos paradójicos, como una
similitud entre las situaciones vividas entre el juez principal y el
principal acusado. También vemos las implicaciones políticas que rodearon a
esos juicios y los extremismos de los argumentos de todos los partícipes en
este juicio, todos con un convencimiento que algunos creen justo, otros
patriótico, otros que dicen que era su obligación.
Toda esta magnífica orquestación de exposiciones argumentales y dilemas,
está encabezado por un reparto espectacular, todos rayando a un nivel
altísimo, sublime, una lección de interpretación inolvidable, resultando
difícil el destacar a alguien, pero personalmente me atrae la interpretación
del abogado defensor Maximilian Schell, una actuación muy sentida que
desborda una gran convicción en todo lo que dice, resultando un contrapunto
perfecto para Richard Widmark, el cual hace un magnífico papel de tenaz
fiscal. No podemos olvidar la angustiosa interpretación de Judy Garland bajo
la presión del dedo acusador de Maximilian Schell, la espectacular
intervención de Montgomery Clift, como un hombre de pocas facultades
mentales y Marlene Dietrich, actuando en un papel típico de mujer fría
alemana, quien en un detalle curioso rememora la mítica canción “Lili
Marlene”. Pero las dos figuras principales de la película son Spencer Tracy
y Burt Lancaster, este último con siempre una expresión hierática, afligida,
pero a la vez rabiosa, ves en él aun hombre que está a punto de estallar y
que de su boca no puede salir otra cosa que su verdad. De Spencer Tracy
decir que en el último papel relevante de su carrera antes de su muerte,
realiza una soberbia interpretación de un juez que tiene en su mano decidir
el destino de los hombres que va a juzgar, a pesar de las presiones externas
que recibe y finalmente es el personaje que, posiblemente exprese una mayor
sensatez en todas sus conclusiones.
Realmente de esta espléndida película se pueden explotar argumentalmente
páginas y páginas, ya que el planteamiento del oscarizado guión es sublime,
faltan calificativos para describir todas las sensaciones que me producen
poder disfrutar esta película tan llena de matices interesantes para un
simple aficionado como yo a esos acontecimientos históricos. Lejos de esas
cuestiones históricas, si queréis disfrutar de un grandísimo drama judicial,
lleno de interpretaciones estelares, no podéis dejar de ver “Vencedores o
Vencidos”.Javier Leiva
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