• Por AlohaCriticón

VÍCTIMA (1961)

Dirección: Basil Dearden.

Intérpretes: Dirk Bogarde, Sylvia Sims, Dennis Price, Nigel Stock.

Un abogado llamado Melville Farr (Dirk Bogarde) se ve chantajeado por sus relaciones homosexuales con un hombre que se ha suicidado.

Como es punible en Gran Bretaña la homosexualidad, el objetivo de Farr es descubrir quién se encuentra detrás de estos chantajes.

Existen películas que marcaron una pauta en el séptimo arte de modo singular y envidiable, algunas son reconocidas y otras más se quedaron en el tintero del elogio, por pena o censura, quizá también por carecer de “buena fama” o tener una trama poco adepta para la época.

“Víctima”, del director Basil Dearden es una de las películas mal vistas por evocar un tema fácilmente censurable en la época de su estreno: la homosexualidad.

El período en el cual se sitúa la trama es crucial, pues en Gran Bretaña el ser homosexual en los años cincuenta era un crimen que conllevaba el encarcelamiento, por ello dentro de la sociedad existían un sinnúmero de chantajes hacia los homosexuales que evitaban ir “en contra de la ley” antes de estar en contra de su naturaleza.

El tema principal hizo que muchos desdeñaran el guión antes de ser llevado a la pantalla. Fueron varios actores los que evitaron el papel principal que finalmente caería en manos de Dirk Bogarde (quién posteriormente protagonizó “La caída de los dioses” y “Muerte en Venecia”, ambas de Luchino Visconti). Se especula que el actor buscaba un cambio de repertorio y gracias a esta película lo logró, incluso se le atribuyó una relación “afectuosa” con su manager en turno. No obstante lo que importa es su brillante interpretación del abogado de vida acaudalada y posición privilegiada dentro de la sociedad, que inoportunamente advierte como sus preferencias sexuales deben salir a la luz.

De igual manera es loable el trabajo de Sylvia Syms como esposa del protagonista. También se comenta que la actriz no lo dudó ante la oferta del papel en una película cuyo estreno estaba destinado a fracasar (según los intelectuales de la época).

La cinta, que apenas sobrepasa la hora y media de duración, ofrece un drama de conflictos criminales que atrapa inmediatamente a su público, posiblemente adquiere algún evento pernicioso cuya única finalidad es distraer la atención del espectador, pero ante todo mantiene con brío su ritmo inicial.

En los aspectos técnicos la película no es una gran revelación (como lo es la trama) pues utiliza los usuales planos de la época (los acercamientos inquisitivos, así como planos detalle que intentan puntualizar la atención del espectador), también en algunas escenas utiliza la acentuación musical con el propósito de atraer a la tragedia, la pasión, el supuesto amor o desamor.

Es habitual que los personajes abran una carta, lean un documento o reciban una llamada telefónica, y sea la música quien delate el sentimiento en cuestión; así, la música de Philip Green acrecienta las emociones de forma aceptable.

Se debe enunciar que al paso de los años la trama ha ido perdiendo el impacto con el cual fue concebida, no obstante para evaluar una película de esta índole es indispensable sumergirnos en el contexto social que fue creada.

El caso de “Víctima” es una época de punzante discriminación y homofobia, una película que intentó hacer conciencia en los estándares sociales, así como la ley impuesta en Inglaterra.

Por ello es recomendable apreciarla cual producto que abrió una brecha social gracias a los inteligentes, y no por ello menos angustiosos, argumentos por parte de hombres enclaustrados y mujeres engañadas.

Lucio Rogelio Avila Moreno