• Por AlohaCriticón


Dirección: Enrique Piñeyro.
Intérpretes: Enrique Piñeyro, Mercedes Morán, Alejandro Awada, Carlos Portaluppi.


T (Enrique Piñeyro) trabaja como comandante en las Líneas Aéreas Privadas Argentinas (LAPA). Las deficiencias en el mantenimiento de las aeronaves y la falta de adopción de medidas por parte de los responsables, serán los motivos que le impulsarán a denunciar la grave situación.

“Whisky Romeo Zulú”, que bien pudiera parecer en un principio el título de una comedia juvenil desenfrenada, no es sino todo lo contrario, un drama que se apoya en el lamentable accidente de un avión identificado con las iniciales de aquellas divergentes palabras y cuyo fatal destino acaeció en Buenos Aires en el año 1999.

Enrique Piñeyro, su director y guionista, conocedor de los entresijos de la empresa aeronáutica propietaria del aparato siniestrado y quien certificó la devaluada gestión de la puesta a punto de sus aviones, dirige, pues, su ópera prima involucrándose de la cabeza a los pies.

Para ello compone tres narraciones distintas que avanzan en paralelo y que terminan por encontrarse, a saber: infancia escolar y primer enamoramiento, carrera profesional como comandante e investigación judicial de la tragedia aérea antes aludida.

“Whisky Romeo Zulú”, cinta atractiva para el mayoritario público seguidor del “basado en hechos reales”, es una película denuncia al más puro estilo “Erin Brockovich” (2000), cuya previa ficción descriptiva termina desembocando en la más cruda realidad confirmando, desgraciadamente, el aserto de que ésta última siempre supera a aquélla.

Pero la virtud que encierra este tipo de realizaciones, más allá de la creación o forma artística que pudiera acompañar a la trama, es que a veces sirven de detonante para la generación de debates sociales sobre el asunto planteado y que, en mayor o menor grado, suelen conllevar la imposición de medidas que permiten atajar el problema, en este caso, la desconfianza que le surge al indefenso viajero que sube por una escalerilla y duda de si volverá a bajar por su propio pie.

Alberto Alcázar