• Por Marta Canacci

ya-era-hora-ora-poster-criticaDirección: Alessandro Aronadio.
Intérpretes: Edoardo Leo, Barbara Ronchi, Francesca Cavallin, Mario Sgueglia.

Con guión de Alessandro Aronadio (“Ritorno Al Crimine”) y Renato Sannio (“Una Noche Como Médico”).

Sinopsis

Dante (Edoardo Leo), trabajador en Roma de una empresa de seguros, conoce en una fiesta de fin de año a la ilustradora Alice (Barbara Ronchi), con quien inicia en Roma una relación en apariencia perfecta.
Sin embargo, la adicción al trabajo de Dante perjudica el progreso de la misma.
Dante llega tarde a su cumpleaños, al que asiste su mejor amigo, Valerio (Mario Sgueglia), y más tarde se queda dormido.
Cuando se despierta, descubre que Alice está embarazada… ha pasado un año en una sola noche. Más tarde, de forma regular, se repiten sus cumpleaños sin que Dante haya vivido los años y el progreso de su contexto familiar y laboral.

Crítica




“Ya Era Hora” es una comedia con momentos de drama en la que se tratan temas como la crisis de edad, la complejidad en las relaciones familiares, o las dificultades para gestionar el tiempo dedicado al trabajo y a la familia.

Como fondo la importancia de saber cuáles son las prioridades en la vida.

ya-era-hora-ora-critica-reviewEl nombre del protagonista parece estar escogido de forma intencionada: Dante.

Dante vive su propio purgatorio personal, su viaje atrapado en saltos temporales que van de cumpleaños en cumpleaños.
Es incapaz de controlar el tiempo (siempre llega tarde a todas partes y vive atrapado por las obligaciones laborales) y de disfrutar del tiempo libre, de no hacer nada, de la compañía familiar.

Con cada salto temporal se aleja más y más de las personas queridas, en especial de su mujer e hija.

La interpretación más destacada de la película es la de Edoardo Leo como Dante.

Lleva el peso de la película teniendo que hacer creíble elementos de realismo mágico únicamente con sus reacciones de ciudadano medio, adicto al trabajo, constantemente estresado, que vive con el piloto automático puesto.

Los momentos cómicos se viven en la confusión alocada de los primeros saltos temporales, aunque ese concepto se esfuma poco a poco en la segunda mitad, más dramática.

El elemento fantástico no se explica en ningún momento dentro de una historia predecible pero que no aburre, con un mensaje final positivo: la vida es corta y hay que disfrutar de lo que tenemos.

Puntuación

AlohaCriticón:
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