Sinopsis
Es verano y una niña llamada Alicia descansa tranquila pero aburrida junto a su hermana. De repente ve a un conejo blanco con un reloj que afirma que llega tarde a algún sitio. Alicia le persigue y en su persecución cae por un pozo que le comunica con un país lleno de extraños personajes.
Crítica
Clásico literario que publicó el británico Lewis Carroll, escritor y profesor de matemáticas, en el año 1865.
Trasciende su esencia de cuento fantástico infantil para crear un relato proto-surrealista, absurdo, de enorme influencia en distintos campos artísticos: literatura, cine, música, pintura…
La imaginación de Carroll es desbordante en una narrativa en tercera persona que hilvana sin respiro situaciones extrañas y personajes estrambóticos con lugar para la alegoría y la sátira, abordando temas como la curiosidad como factor importante de educación y descubrimiento; la comunicación entre diferentes; la necesidad de cambio para adecuarse a un contexto; el peligro de la arbitrariedad desde el poder; la pérdida de inocencia con el juego como metáfora de participación y decisión vital; el viaje (interior o exterior) como medio para hallar nuevos escenarios, modos de existencia, formas de pensar… y no creerse el ombligo del mundo.
La prosa es sencilla pero lírica, configurando un escenario mágico inolvidable, un mundo paralelo extraordinario que alcanza uno de sus puntos más álgidos de locura ‘nonsense’ en la conversación entre Alicia, el grifón y la tortuga falsa; por no hablar de las meriendas del sombrerero loco y la liebre.
También son destacadas las creaciones del apresurado conejo blanco mirando su reloj, la singularidad del gato de Chesire o el de la reina de corazones y su obsesivo “que le corten la cabeza”.
Bizarría memorable.