Dirección: Takashi Miike.
Intérpretes: Ryo Ishibahi, Eihi Shiina, Tetsu Sawaki, Jun Kunimura.

Un padre en la barrera de los 50 empieza a cuestionarse su vida sentimental a raíz de una conversación con su hijo. Desde la muerte de su mujer no ha encontrado una compañera que le llene plenamente. Decide buscar una pareja con determinadas afinidades y cualidades. Para ello cuenta con la ayuda de un amigo que trabaja en la industria cinematográfica. A través de un casting recluta posibles candidatas que le satisfagan. Va descartando una tras otra hasta que en su camino se encuentra con una dulce, inocente y virginal mujer mucho mas joven que él. Poco a poco se va enamorando de ella, pero esta esconde una aterradora personalidad.

La película tiene un comienzo interesante y esperanzador. La base sobre la que se asienta el argumento es correcta con tintes de originalidad. La puesta en escena, sin embargo, contrasta radicalmente con la intención del director. La falta de ritmo, de imágenes inconexas y atemporales así como una falta de terror en cualquiera de sus vertientes, hacen que esta película carezca de interés y susciten en el espectador una sensación más de aburrimiento que de verdadero terror. A pesar de que el metraje no tiene una duración muy larga esta cinta se hace a ratos insufrible y peca de falta de atracción para el espectador.

Las interpretaciones de los actores son correctas aún partiendo de un guión mediocre. El desenlace se desarrolla en muy poco espacio de tiempo mientras que el inicio y la trama consumen gran parte de la cinta.

Francisco Javier López
Ana Teresa Hobdell