Dirección: Eric Summer y Éric Warin.
Intérpretes: Película de animación.
Con guión de Carol Noble (“Le Père Noël”), Eric Summer y Laurent Zeitoun (“Los Seductores”, “Llévame a La Luna”).
Sinopsis
Año 1879. Felicia, una muchacha huérfana que sueña con convertirse en bailarina de ballet, se escapa de un orfanato de Bretaña para poder cumplir su sueño en París. Para lograr su propósito, se hace pasar por otra persona para poder acceder a convertirse en alumna de la Grand Opera House.
Crítica
Película de animación dramática con momentos de humor que lleva a la danza elementos de cuentos clásicos como “La Cenicienta”. La acción se localiza a finales del siglo XIX, en París, cuando se están construyendo la Torre Eiffel y la Estatua de la Libertad.
Los lugares, el período histórico que se desarrolla la acción, están perfectamente retratados. Los paisajes, las escenas urbanas, los interiores… están llenos de detalles, son fieles a la época; el tratamiento de la luz tanto en los interiores como en los exteriores, las escenas nocturnas, la contraluz, los reflejos, el agua… son espectaculares. El nivel en la reproducción de los escenarios es muy brillante. También sorprenden los virtuales movimientos de cámara, los encuadres, ayudando a resaltar la grandiosidad de sus escenarios.
El argumento no ofrece nada nuevo… bailes, rivalidades, falsa identidad, choque de clases, algún anacronismo, mensajes de lucha, esfuerzo y superación para conseguir objetivos.
Los personajes son similares a otras películas pero bien presentados; una villana, madre de su rival, mala malísima, una figura maternal conmovedora, su mentora, el estricto profesor, los amigos simpáticos… Los giros de guión son tan previsibles como eficaces, con el tratamiento de aprendizaje y esfuerzo tratado como gran epopeya, el sacrificio, el duro trabajo, la competencia, la envidia y las consecuencias de la no dedicación.
Es una película sencilla, llena de clichés, pero que consigue conmover, tiene encanto y mensajes constructivos.
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