Crítica

Este interesante dúo de Baltimore, Beach House, formado por la cantante y teclista Victoria Legrand y por el guitarrista y también teclista Alex Scally regresaron al candelero con “Depression Cherry”, quinto álbum de su carrera en el que vuelven a contar con la ayuda en la producción de Chris Coady y en el que prorrogan sus sonidos aletargados de dream pop y shoegaze con voces etéreas, sutiles, frágiles… teclados atmosféricos, guitarras espaciales e influencias de bandas como Cocteau Twins, Galaxie 500 o My Bloody Valentine.

Lo cierto es que después de varias escuchas se llega a la conclusión de que en este disco parece primar más el continente que el contenido.
Es decir, da la impresión de concedérsele mayor importancia al sonido, a la envoltura y al tratamiento que se le da a las canciones en cuanto a arreglos y producción que a la calidad de las propias composiciones.

Con esto se corre el riesgo de resultar en ocasiones demasiado pretenciosos y hasta aburridos.

Eso sí, cuando se centran y orientan su talento adecuadamente hacia la creación de buenas melodías y atmósferas sugerentes son capaces de regalarnos hermosos pasajes como “Space Song”, “Beyond Love”, “Sparks” o, sobre todo, la maravillosa “PPP”, una joya de un encanto arrebatador con un clímax final mágico, fascinante.

Un disco moderadamente disfrutable que al igual que sucediera con “Bloom” (2012), no alcanza el nivel del aclamado “Teen Dream” (2010), su mejor obra hasta el momento.