Dirección: Kórnel Mundruczó.
Intérpretes: Merab Ninidze, Zsombor Jéger, Mónika Balsai, Gyorgy Cserhalmi.

Con guión de Kórnel Mundruczó (“Semilla De Maldad”, “White God”) y Kata Weber (“White God”).

Sinopsis

Un joven refugiado sirio llamado Aryan Dashni (Zsombor Jéger) ha recibido varios disparos por parte de un policía, Laszlo (Gyorgy Cserhalmi) cuando se encontraba cruzando la frontera húngara.
En vez de morir, Aryan logra el poder de levitar antes de caer y ser trasladado a un hospital, en donde conoce a Gábor Stern (Merab Ninidze), un médico que intenta aprovechar el nuevo don sobrenatural del muchacho para ganar dinero y resarcir a una familia de una negligencia en una operación.

Crítica




Film húngaro de Kórnel Mundruczó. Es una película confusa, tan pretenciosa como inconsistente.

El inicio es intrigante, intenso, mezclando el drama social con la fantasía.
Sin embargo, el desarrollo es un desconcierto narrativo con buen trato estético a la imagen, cabiendo tanto planos secuencia con cámara al hombre como perspectivas subjetivas.




El film se centra en una pareja inusual en huida y choque cultural por Budapest, en cuyas motivaciones y acciones se mezcla el drama psicológico, el thriller paranormal y la alegoría político-religioso, todo ello sin demasiadas explicaciones ni orientación compacta, con ambigüedades sobre aspectos sociales, sobre creencias, fe, culpa, redención…

A destacar la música como factor de acentuación emocional, alternando el uso de sintetizadores con los arreglos de cuerdas.