Dirección: Michael Showalter.
Intérpretes: Issa Rae, Kumail Nanjiani, Paul Sparks, Anna Camp.
Con guión de Aaron Abrams (“Grado 3”) y Brendan Gall (“Dakota”).
Sinopsis
Una publicista llamada Leilani (Issa Rae) conoce a Jibran (Kumail Nanjiani), un realizador de documentales. Todo es felicidad.
Después de cuatro años de relación, la pareja no se soporta y decide romper.
En ese momento, tienen un accidente con un ciclista, que más tarde es asesinado por un presunto policía (Paul Sparks) que ha entrado en su coche.
Tras la fuga del policía, Leilani y Jibran, convertidos en los principales sospechosos de la muerte del ciclista, huyen y deciden localizar al policía para demostrar su inocencia.
Crítica
Issa Rae y Kumail Nanjiani protagonizan esta comedia en la piel de una pareja que, a punto de romper tras unos idílicos comienzos, tendrá que permanecer unida ante una situación que hace peligrar su vida.
La trama maneja claves de falso culpable, persecución enloquecida y personajes fuera de contexto.
Casi toda la acción principal, aventura romántico-criminal al estilo de “¡Jo, Qué Noche!” o “Noche De Juegos”, transcurre en una sola noche, con constantes cambios de escenarios, casi todos ellos con amenaza a la integridad física del dúo protagonista, sea la ceremonia de una secta de pirados enmascarados amantes de las orgías, o una casa con la difícil elección entre lanzamiento de aceite caliente en la cara o la recepción de una coz de caballo.
Estas vicisitudes le sirven también a Issa y a Kumail para ir repensando el presente y el futuro de su relación.
Aunque no es muy graciosa, la película tiene algún buen momento en puntuales interacciones entre Rae y Nanjiani, pero en conjunto se trata de una historia con poca inventiva cómica en situaciones y diálogos, con secundarios que aportan poco o nada, y con una resolución muy previsible.