Dirección: Dennis Dugan.
Intérpretes: Adam Sandler, Kevin James, Jessica Biel, Steve Buscemi.
Con guión de Barry Fanaro (“Hombres De Negro II”, “Vaya Par De Idiotas”), Alexander Payne (“Entre Copas”, “A Propósito De Schmidt”) y Jim Taylor (“Entre Copas”, “A Propósito De Schmidt”). Con producción de Adam Sandler.
Sinopsis
Dos bomberos, Chuck Levine (Adam Sandler) y Larry Valentine (Kevin James), son amigos inseparables. El último salvó la vida al primero en un incendio, y ahora Larry, viudo, le pide a Chuck que se haga pasar en un simple trámite burocrático por su pareja para que sus hijos sean los beneficiarios de un seguro de vida. El funcionario encargado de la resolución del caso (Steve Buscemi) teme la farsa de los bomberos e intenta averiguar si realmente la pareja convive matrimonialmente.
Crítica
Kevin James y Adam Sandler forman una extraña pareja en esta comedia de amigos y falsa identidad (sexual) que, partiendo de una maquinación de engaño, maneja temas como los prejuicios derivados de la homofobia y el compañerismo sin condiciones.
La farsa, el humor grueso, y el absurdo conviven como asiento principal de los gags de una película con espacio para preocupaciones familiares, bodas chocarreras, salidas de armario, duchas comunales con jabones subversivos, manoseos de esponjosos pechos…
“Toca, toca, ya verás como son naturales”, le requiere en ropa interior la atractiva Jessica Biel (presentada previamente al ralentí en una escena cómica con el “The Air That I Breathe” de los Hollies de fondo) a un fácilmente excitable Adam Sandler, quien tanto se trajina a un par de gemelas o a una doctora de buen ver como aparece acompañado en una cama y en un singular ménage à trois con la sirvienta de James y el propio James.
La artimaña que mecaniza el film, la singularidad de la asociación, el contexto profesional, y la disparidad en la naturaleza y comportamiento de los protagonistas principales, provocan diversos equívocos y fingimientos humorísticos en torno a la simulada unión de la pareja con varios trazos sensiblones, estereotipos y el sermoneo final, generándose también una relación romántica previsible, y un apremio burocrático-judicial tratado sin la suficiente agudeza.
Algunos secundarios de retrato burlón (como el bombero homosexual encarnado por Ving Rhames) otorgan cierta gracia puntual a una película de escaso mérito.
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