Dirección: Domee Shi.
Intérpretes: Película de animación.
Con guión de Domee Shi y Julia Cho.
Sinopsis
En la ciudad canadiense de Toronto vive Mei Lee, una niña de 13 años de ascendencia china.
Es singular y segura de sí misma, compartiendo vivencias con su grupo de amigas de instituto, Miriam, Priya y Abby, todas seguidoras de un conjunto de pop adolescente, los 4 Town.
Su familia posee un templo en el que se venera a su ancestro mítico Sun Yee y en donde Mei ayuda a su madre sobreprotectora, Ming.
Una mañana, Mei se despierta convertida en un enorme panda rojo, hecho que desconcierta y avergüenza a Mei, que descubre que esa transformación cesa cuando calma sus emociones.
Más tarde su madre le informa que esa transformación es herencia de Sun Yee, y se transmite a las mujeres de la familia.
Para terminar con ella, Mei debe someterse a un ritual en un día concreto, la noche de Luna Roja, pero, lamentablemente, ese día coincide con el concierto de los 4 Town.
Crítica
Película Pixar/Disney que trata el paso de la niñez a la adolescencia de una niña sobreprotegida.
Esa transición se complica a causa de una “maldición” familiar.
En su inicio aborda cuestiones de lo más terrenales: los cambios hormonales, la primera menstruación, la influencia de la familia, la sobreprotección de los padres, la importancia del grupo de amigos, la búsqueda de identidad propia que nos distinga de los padres… todo ello contado con tacto y sin sermones.
El trabajo visual es destacado, con mucho colorido, montaje rápido e influencias del anime.
Las niñas no son personajes idealizados, las transformaciones de niña a panda están logradas.
La historia muestra el universo adolescente femenino: la idolatría por grupos de pop adolescente, los peluches, los diarios, los secretos, la amistad, los primeros enamoramientos…
Mei (la joven protagonista canadiense de ascendencia china) se mueve entre la obediencia a su madre sobreprotectora y las ganas de libertad, de liberar emociones; las ganas de vivir su propia vida.
La trama muestra la tensión de las relaciones paterno-filiales con la niña en medio de esa “liberación” y los padres enseñando a sus hijos la importancia de la tradición; que su valía y amor dependen de la fortaleza de la familia (teniendo que dominar el “panda rojo” interior), de lo que se espera de ellos, y como el paso de la infancia a la adolescencia cambia el núcleo familiar y libera el “panda” a controlar.
A partir del primer acto de presentación el interés de la película decae.
La transformación de niña a panda se explota como metáfora pero sin sacarle partido con creatividad, introduciendo elementos de fantasía mágica en una evolución rocambolesca, en especial en su tramo final.