Dirección: Russell Mulcahy.
Intérpretes: Milla Jovovich, Oded Fehr, Ali Larter, Iain Glen.
Los zombis recorren el mundo en busca de carne humana. Un grupo de personas no infectadas intentará sobrevivir en un panorama desolador detonado por un virus experimental creado por la Corporación Umbrella. Alice (Milla Jovovich), poseedora de poderes sobrehumanos tras ser sometida a experimentos biogenéticos, es la esperanza del convoy para conseguir llegar a un lugar seguro y protegerse de la amenaza de los No Muertos.
Una tontería más para el stand del olvido, de aquellas producciones para “usar y tirar” es esta tercera entrega de “Residente Evil”, temática a la cual no se puede sacar mayor provecho… al menos de forma decorosa.
Con un contenido no similar, sino idéntico al de sus predecesoras, esta película opta por aburrirnos y desinteresarnos en la sala de cine. Ya no se pueden enumerar sus virtudes con tanta facilidad, porque sencillamente enunciaríamos los cánones del cine comercial, aunque sería prudente cuestionarnos si podemos considerarlos virtudes.
La película que es un déjà vu del déjà vu, deja al espectador con la impresión de que el director, Russell Mulcahy, le ha tomado el pelo, quizá porque considere lo suficientemente estúpido a su público como para venderle una recopilación de escenas ya antes vistas, sin la mínima intención de innovación o superación, recorta y edita el trabajo ajeno, inclusive se mete con el maestro Hitchcock.
Para muchos Milla Jovovich podría ser la justificación idónea del visionado de esta cinta, sin importar que tan monótona y cansina sea la rutina que lleva repitiendo desde la primera entrega de la saga. Con una monocromía (de supuesta acción) que interesa por un instante y decepciona el resto del metraje, es ya absurda la espera de una revelación bajo el nombre de “Resident Evil”, sin embargo se podría esperar un entretenimiento que nazca del popcorn y el refresco de cola, aunque tengo que advertir que ni a eso llega esta película.
¿Lo rescatable?, quizá las escenas de acción, coreografiadas y ataviadas con los efectos especiales, aunque llega a ser decepcionante la cantidad de sangre derramada en pantalla y el desarrollo de una trama que nunca llega a elevarse. En pocas palabras podríamos decir que “Resident Evil: Extinción” es tan emocionante como acomodar el archivo muerto de cualquier institución pública: aborrecedor, predecible y sumamente mal pagado.
Lucio Rogelio Avila Moreno
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