Dirección: Trish Sie.
Intérpretes: Malin Akerman, Sadie Stanley, Ken Marino, Maxwell Simkins.
Con guión de Sarah Rothschild.
Sinopsis
Clandy (Sadie Stanley), una adolescente que tiene como objetivo ir a Boston para seguir con sus estudios musicales de violonchelo, y su hermano pequeño Kevin (Maxwell Simkins), descubren que su madre, Margot (Malin Akerman), fue en el pasado Mathilde, una experta ladrona, miembro de una banda criminal, que ha sido secuestrada por sus antiguos compañeros junto a su padre, Ron (Ken Marino), un pastelero tan confundido como ellos.
Crítica
Aventura infantil con claves de vida secreta con retorno a pasado, personajes friki y/o torpes fuera de contexto con comicidad en contraste de personajes, triángulo amoroso y enfoque enloquecido; con la principal acción, mezclado humor y criminalidad, transcurriendo en una sola noche al estilo de “Noche Loca” o “Jó, Qué Noche”.
La película es bastante plana, de apariencia barata y tiene muchos altibajos cómicos (destacando la chispa del pequeño Maxwell Simkins), pero se narra con suficiente ritmo como para no aburrir como producto de serie B para consumo familiar.
No faltan persecuciones en coches ni andanzas paralelas que mezclan la aventura juvenil ochentera (tipo “Aventuras En La Gran Ciudad”) con la comedia de acción con robo (caper comedy) y algún trazo grueso de vomiteras varias.
Todo el embrollo, con fusión felicísima de caracteres, se resuelve de manera muy previsible.
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