Dirección: Daniel Benmayor.
Intérpretes: Teo García, Óscar Jaenada, Andrea Duro, Óscar Casas.
Con guión de Iván Ledesma.
Sinopsis
Barcelona.
El sicario Finito (Sergio Péris-Mencheta), a las órdenes del mafioso Lucero (Óscar Jaenada), mata al hijo de Max (Teo García) y deja malherido a este último, miembro también del grupo mafioso que creció junto a Lucero como si fuese un hermano.
Dos años después, Max, al que Lucero había dado por muerto, busca venganza con la ayuda de María (Andrea Duro) y de Leo (Óscar Casas), un adolescente metido en trapicheos de drogas.
Crítica
Thriller de acción con Teo García mostrando habilidades en las artes marciales en un ejercicio violento a lo John Wick.
La historia, enfrentando a mafiosos (españoles, rusos, chinos, al principio colombianos) en ambiente urbano (se ambienta en Barcelona), no es nada original, con la traición, venganza y el vínculo afectivo padre-hijo como motivo básico de los múltiples disparos, patadas y demás exhibición de sangre, lucha y asesinatos en un escenario en donde la policía no está ni se le espera.
La complejidad psicológica de sus personajes dominados por actos violentos no existe; y la ligazón criminal en torno a familia jerarquías, honor, valor, lealtad… se maneja de manera superflua como condimento a su esencia de acción.
En cuanto a sus puntos positivos, el film no aburre, es ágil en su ritmo, se expone con estilo con alguna coreografía de mérito (utilizando puntualmente la cámara rápida, el split-screen…) y el catálogo de personajes es variado y suficientemente singular, lo que ayuda a elevar su fondo exploitation.
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