Dirección: Ruben Östlund.
Intérpretes: Charlbi Dean, Harris Dickinson, Dolly de Leon, Zlato Buric.
Con guión de Ruben Östlund (“The Square”).
Sinopsis
Carl (Harris Dickinson) es un modelo que se embarca en un crucero de lujo junto a su novia, Yaya (Charlbi Dean), una modelo e influencer.
El crucero, con Paula (Vicki Berlin) como jefa de personal y Thomas Smith (Woody Harrelson) como capitán, también cuenta con la presencia de un millonario ruso, Dimitri (Zlatko Buric) y su mujer Vera (Sunnyi Melles), con el acaudalado y solitario empresario de tecnología Jarmo Björkman (Henrik Dorsin); o con el matrimonio Clementine (Amanda Walker) y Winston (Oliver Ford Davies), fabricantes de armas.
Crítica
Sátira del mundo actual con toques de comedia negra que crea dilemas morales y políticos en torno a miserias y excentricidades de millonarios y sus limitaciones fuera de su entorno.
La película se estructura en tres actos.
El primero nos presenta e introduce en la vida de dos de los personajes protagonistas: la pareja de modelo/influencer formada por Carl y Yaya.
Se ironiza y parodia el mundo de la moda, con largos y ridículos diálogos sobre temas con centro en el dinero y los roles de sexo.
La relación entre Carl y Yaya es clave en la evolución de la trama.
En el segundo acto la pareja acude a un crucero de superlujo por las islas griegas.
La trama ahora es coral con Carl y Yaya interactuando con personajes, gente muy adinerada y pintoresca… el capitán es marxista y no atiende al barco en absoluto.
Este segundo acto comienza con interés, estilo, en modo sátira encadenando gags en torno a los caracteres pero evoluciona hacia un sermón grotesco con escatología y toques absurdos en medio de una cena sacudida por una tormenta.
El tercer acto da un nuevo giro.
Sitúa a parte de los personajes en una situación completamente diferente.
Los roles giran por completo y la figura de poder se modifica.
Hay sarcasmo en una fábula social que recuerda en parte al “Señor De Las Moscas” de William Golding.
Los intérpretes sostienen el tono casi delirante a la perfección, con Carl y Yaya como personajes eje a pesar de tener partes muy corales.
Charlbi Dean dota de dulzura a Yaya, el personaje moralmente menos reprochable de la historia.
A destacar también la participación de Woody Harrelson como el capitán y también a Zlatko Buric como el ruso Dimitri, aportando ambos dosis de humor en pugna ideológica.
La sátira arremete contra el materialismo, el mundo de la moda, las tendencias, las redes sociales, las relaciones vacías, la banalidad, las clases sociales, la adicción al poder, la hipocresía ideológica, los falsos eslóganes…
El guión es irregular.
Hay momentos en los que la sátira se fuerza para provocar, alargando demasiado los discursos/debates y perdiendo efectividad.
Visualmente está bien tratada.
La luz, el color, la composición de planos.
El talento para mantener la cámara en planos generales y ángulos que introducen al espectador en las escenas.
Sabe colocar a cada personaje en su lugar.
En definitiva, una pulla social a las contradicciones del mundo actual que entretiene, terminada con un final abierto que cierra bien la historia.
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