Crítica
Disco de Iggy Pop que no sobresaldrá, ni mucho menos, entre su discografía, ni con los Stooges ni en solitario.
En su grabación contó con la colaboración del productor Andre Watt, quien también co-escribió todas las canciones y metió bastantes instrumentos.
Otros conocidos músicos que tocan con Iggy en el álbum son:
El guitarrista y teclista Josh Klinghoffer (Red Hot Chili Peppers) además de Dave Navarro (Jane’s Addiction, Red Hot Chili Peppers)
El bajista Duff McKagan (Guns N Roses)
Los baterías Chad Smith (Red Hot Chili Peppers), Travis Barker (Blink-182) y el fallecido Taylor Hawkins (Foo Fighters)…
“Frenzy”.
Abre el LP con un sonido punk garajero, agresivo, intenso, con un texto de bravura de combate.
Tópico.
Más calmada es “Strung Out Johnny”.
Tema antidroga con un melódico medio tiempo y arreglos post-punk, sintetizadores y coros dulzones acompañando las formas crooner de Iggy.
“New Atlantis”.
Es una canción sobre la Atlántida, bueno, la nueva Atlántida que Iggy identifica cerca de Miami, en donde suele vivir últimamente.
Suena un piano y se introduce la historia hablando.
El estribillo es pegajoso en una pieza bastante simple que podría ser grabada en época new wave.
El rock regresa con “Modern Day Rip Off”.
Es un corte directo, de ritmo ágil, en modo pop metal angelino 80s.
“Morning Show” es la rutina del artista en promoción.
Acicalarse e ir al cansino programa de la mañana. Aunque el día sea una mierda y las ganas de mostrarse al público sean nulas.
Una balada intrascendente, formulista, con dejes country.
“The News For Andy” enlaza frases de un folleto con Iggy en plan Tom Waits en cabaret.
“Neo Punk” es un punk ramoniano con sátira al punkorro de postureo.
“All The Way Down” recuerda a los Rolling Stones ochenteros en su modo más espeso y FM.
“Comments” no está mal.
Retoma sonidos post-punk con diatribas sobre las redes sociales y la gente del espectáculo vendida al escaparate público.
El interludio “My Animus Interlude”, voz grave con repiques atmosféricos, preludia “Regency”, una canción de casi seis minutos con variantes de tempo que termina resultando demasiado dispersa para interesar en sus batallas contra los oligarcas…. “logré empatar”. Pero hay que ganar.