Dirección: Ingmar Bergman.
Intérpretes: Bibi Andersson, Elliott Gould, Max Von Sydow, Sheila Reid.
Con guión de Ingmar Berman (“Gritos y Susurros”).
Sinopsis
Tras fallecer su madre, Karin (Bibi Andersson) conoce en el hospital a un arqueólogo de nombre David Kovac (Elliott Gould) que resulta ser conocido de su marido, el doctor Andreas Vergerous (Max Von Sydow).
Tras pasar un día invitado en la casa de los Vergerous, David manifestará a Karin que se encuentra locamente enamorado de ella.
La rubia mujer tras unos pequeños devaneos terminará viviendo una aventura infiel llena de frenesí abandonando una vida familiar completa (tienen la parejita) y desahogada (su posición económica es bastante próspera).
Crítica
La primera película rodada con financiación (en parte) estadounidense del gran director y guionista sueco Ingmar Bergman resultó un parcial fracaso debido a la trivial trama triangular amorosa presentada carente de la sugestión sensitiva y simbólica de sus películas más valiosas.
La pasión, el matrimonio, la pareja, las crisis de edad, la familia, la responsabilidad/irresponsabilidad o la sexualidad filtradas por Bergman en una historia falta de sorpresas y dinamismo, tanto interno como externo, en la que se busca contraponer dos modos diferentes de comportamiento vital y sus diversos atractivos.
El saber narrativo del genio sueco, la fotografía de Sven Nykvist y las interpretaciones (incluido el injustamente denostado Elliott Gould) son lo mejor de este film, uno de los mas desaboridos de la (casi) intachable filmografía del autor nórdico.
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