Dirección: Michele Massimo Tarantini.
Intérpretes: Lilli Carati, Marco Gelardini, Alvaro Vitali, Gianfranco D’Angelo.
Con guión de Michele Massimo Tarantini (“Abrázame Fuerte Papá”), Franco Mercuri (“La Juez y Su Erótica Hermana”), Francesco Milizia (“Taxi Girl”) y Mario Onorati (“La Seducción”).
Sinopsis
La profesora Mastrilli (Adriana Fachetti) ha sufrido un accidente con nitroglicerina. Su sustituta es Stefania Marini (Lilli Carati), quien pronto es objeto de deseo de Andrea Balsamo (Marco Gelardini), uno de sus alumnos.
Crítica
Farsa erótica italiana típica de la época.
Formulista, utiliza el habitual entorno colegial con estudiantes de instituto cuya edad ya tendría que ser de licenciados.
Las bromas, slapstick, humor grueso… son adolescentes, previsibles, al igual que la forzada orientación romántico-sexual que liga a Marco Gelardini con Lilli Carati.
Alvaro Vitali, con una secuencia en plan Bruce Lee, gasta travesuras simplonas, bastnate insufribles, con el citado Gelardini, y una pléyade de caracteres caricaturescos pululan en torno a Lilli Carati (que desde luego no es Edwige Fenech), el más destacado, bien caracterizado en la farsa, es el casi siempre singular Gianfranco D’Angelo, en este ocasión como el farmacéutico Genesio, quien tanto arbitra un partido de fútbol como es infiel a su jefe con Ria de Simone, con quien comparte una escena gastronómica-coital con D’Angelo en plan Rodolfo Valentino.
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