Crítica

El undécimo disco en estudio del cuarteto Metallica recibido entre el aplauso por retomar con contundencia raíces thrash 80s con algún momento que recuerda a los 90s, y el sopor por la aparente rutina de su sonido metalero.

No hay sopor, ya que se trata de un álbum disfrutable, potente, con eje en las sensaciones de un joven de 18 años (72 seasons) y su evolución en el contexto social que le ha tocado vivir.

Catarsis con sentimientos de ira, alienación, decepción… en una sociedad sin luz con gran parte de los individuos “pensados por los demás”, no por ellos mismos.

Momentos oscuros transmitidos con contundencia rock.

“72 Seasons”
Abre el LP la canción homónima del álbum.
Casi 8 minutos de épica thrash metal con ásperos riffs, agresividad y ritmo furioso.
Un tema sin respiro, intenso instrumentalmente, con Lars Ulrich apaleando la batería y con James Hetfield tratando la ira y los fantasmas interiores, a los que volverá, en una sociedad dogmática, volcánica, psicótica.
La polarización como instrumento de conflicto.

“Shadows Follow”
Es otro corte cañero abierto con latigazos en la percusión y riffs típicos metal, pegadizos, rápidos, con un texto sobre vidas con miedo, con pesadillas, con sombras persecutoras y temor ante el destino.
La paranoia en tiempos de lucha… “la bestia tiene hambre”… y con el protagonismo huyendo… “no puedo parar porque me cazan.”
Thrash metal con un destacado solo de Kirk Hammett y tramos más sosegados a lo Black Sabbath.




“Screaming Suicide”
Canción sobre suicidio desde la perspectiva del propio acto con un depresivo en noches de insomnio. Solo quiere dormir como forma de evasión… “odio estar despierto”…
Influencias blues-punk-speed metal en un corte directo que les lleva a sus primeros pasos 80s de trabajos como “Kill ‘Em All” o “Ride The Lightning”

“Sleepwalk My Life Away”
En esta pieza más calmada que las otras tres precedentes, Hetfield es un alienado de vida rutinaria que respira profundo, se tambalea y quiere que estés a su lado.
Siete minutos de una canción con estribillo pegadizo que recuerda a su etapa 90s.

“You Must Burn!”
Intro a lo Black Sabbath e historia de caza de brujas que sitúa al protagonista en momentos para desaprender y olvidarse de penurias… “quema toda la tristeza”…
Son otros siete minutos en tempo lento con texturas rocosas de riffs penetrantes y un tramo vocal psicodélico modo stoner rock.

“Lux Aterna”
Este single es una de las canciones más cortas del disco.
Otro tema muy 80s, cuando lucían en juventud huellas de Iron Maiden o Diamond Head, de ritmo frenético y un texto que parece celebrar los conciertos.

“Crown Of Barbed Wire”
Centro en un déspota coronado que otra vez nos conduce a los Metallica de los 90.
Tono oscuro, ritmo intenso, variantes de tempo… lo mejor de la pieza es su tramo central instrumental.

“Chasing Light”
Grito inicial de Hatfield… ¡no hay luz!… para otro corte que dura siete minutos.
Texto simple sobre independencia de pensamiento en un escenario oscuro, lleno de borregos resabiados.
La estructura es interesante, con variantes que impiden la monotonía y un gran solo de Hammett en un trabajo de guitarras excepcional.
Uno de los mejores temas del disco.

“If Darkness Had A Son”
Otro estupendo corte, con lacerante percusión en la intro y con la tentación y el deseo marcando el ánimo del protagonista, en una orientación casi gótica con tono paranoico.
Pegadiza, potente, enérgica, de ritmo galopante, estribillo himno y un desarrollo lleno de momentos intensos… gran tema de metal.

“Too Far Gone?”
Desesperado, aislado, estático, desordenado, con enfermedad y cicatrices. Un panorama la mar de feliz.
Así se encuentra el protagonista de esta canción que aúna metal y punk, sonando a Motörhead con toques Thin Lizzy.

“Room Of Mirrors”
James Hetfield enfrentado a sus partes buenas y malas en una habitación de espejos.
Introspección sobre defectos y virtudes con ansias de liberarse de tanta comedura de coco.
Tema oscuro en un metal con la batería de Hammett desatada dentro de una sinergia contundente.

“Inamorata”
Termina “72 Seasons” con esta balada de sinuosas líneas de guitarra en otra épica con variantes y ecos de Black Sabbath con recibimientos… bienvenido, ¿quieres entrar?… para conocer a los fantasmas “con los que vivo” tras una ruptura.
Buen y largo final. 11 minutazos.