• Por Antonio Méndez

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Mott The Hoople, el infravalorado grupo rock de Ian Hunter y Mick Ralphs, publicó uno de sus mejores trabajos (sin duda el más popular de su discografía) con producción e inspiración de David Bowie cuando la banda estaba a punto de separarse.

Bowie, quien además de producir interpreta el saxo, les compuso además uno de los mejores temas no sólo de los Mott the Hoople, sino de la carrera del propio camaleón del rock, “All The Young Dudes”.

El inseparable colaborador de Ziggy, Mick Ronson, también echa una manita ocupándose de los arreglos en la orquestal “Sea Diver” e intentando reconvertir al quinteto a la “causa” glam.




Aparte de la competente versión del “Sweet Jane” de la Velvet Underground (a sugerencia de David Bowie, gran fan de Lou Reed), las restantes canciones de su cuarto álbum son composiciones propias con texturas que mezclan a los Stones, al propio Bowie o a T. Rex dominadas en su sonoridad por la excelente guitarra de Mick Ralphs (futuro Bad Company) y líricamente por un glamero Hunter distante de su previa ascendencia dylaniana.

Con constantes alusiones sexuales en sus textos, los Mott the Hoople interpretan estupendas canciones como “Momma’s Little Jewell”, “Sucker”, “Sea Diver” o sus tres mejores piezas, el himno generacional “One Of The Boys”, la hipnótica “Soft Ground”, escrita y cantada por el teclista Verden Allen, y “Ready For Love/After Lights”, esta última compuesta e interpretada por Ralphs, quien volvió a hacer sonar el riff de este corte en el álbum debut de Bad Company.