• Por Antonio Méndez

soundgarden portada cover King animal disco albumCrítica

Soundgarden fue uno de los principales grupos del grunge estadounidense de los años 80 y 90. Rompió en pleno éxito tras el subestimado disco “Down On The Upside” y ha vuelto muchos años después al estudio para grabar “King Animal”, un álbum producido por Adam Kasper que retiene las principales influencias de la banda de Chris Cornell de tonos catárticos, oscuros, tensos: el hard rock 70s, el blues rock, la psicodelia y el acid rock 60s, el heavy metal…

El disco fue presentado con el single “Been Away Too Long”, significativo título de ausencia con indiferente presencia en lugares extraños… nadie me quiere, nadie me odia, nadie me conoce… Potente sonido hard rock con ligeras resonancias lisérgicas. Apreciable y enérgica apertura.




soundgarden-critica-disco“Non-State Actor”… seré tu bestia de carga, curaré tu enfermedad… no pierde la fortaleza instrumental previa con un hard-blues-rock paranoico que posee rasgos psicofunk a lo Led Zeppelin.

“By Crooked Steps” es uno de los mejores cortes del álbum con sonidos ácidos hard funk rock en un viaje por mente ajena con ritmo de marcha y sonidos grabados al revés en la intro y un ametrallador-contundente riff de Kim Thayil estilo Tony Iommi (Black Sabbath)… ¿No te das cuenta que yo entiendo tu forma de pensar?




Tampoco están nada mal “A Thousand Days Before”, canción rock tribal-psicodélica con Cornell ubicado en la soledad de espacios sombríos y Thayil de nuevo brillando en la guitarra, y “Blood On The Valley Floor”, buen tema stoner rock con influencia apocalíptica Black Sabbath en el que un valle arde mientras la sangre se seca.

La balada “Bones Of Birds” presenta variables registros y ritmos para narrar con suficiente sensibilidad una pesadumbre ante supervivencia en escenarios de frialdad y debilidad.

“Taree” continúa con tempos lentos en un blues rock a lo Cream con Chris Cornell parejo a Mark Lanegan en la voz antes de hacer sonar un directo y melódico rock’n’roll con “Attrition”, rítmica pieza en donde, como suele ser en casi todos sus temas, no eluden trazos psicodélicos.

Influencias de nuevo de Led Zeppelin en el renacer existencial de “Black Saturday”, tono grave y pausado para un corte con base folk.




“Halfway There” muestra su faceta pop con sonidos acústicos antes de volver al acid blues rock con “Worse Dreams”, tema pesadillesco con bajo destacado de Ben Shepherd.

“Eyelid’s Mouth” es otro corte de herencia Black Sabbath y el cierre “Rowing” ofrece una canción con elementos blues rock y psicodélicos sobre avance vital, aunque sea en la desorientación, y la necesidad de evitar el estancamiento. Correcto resurgir de la banda de Seattle.

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