Dirección: John Huston.
Intérpretes: Bette Davis, Olivia de Havilland, George Brent, Charles Coburn.
Con guión de Howard Koch (“Casablanca”).
Sinopsis
Stanley Timberlake (Bette Davis) es una joven con carácter que abandona a su prometido, poco antes de casarse, para huir lejos de su casa familiar con su cuñado, el cirujano Peter Kingsmill (Dennis Morgan), marido de su hermana Roy (Olivia de Havilland).
Crítica
John Huston, sustituido en el último tramo del rodaje por Raoul Walsh, adaptó una novela de Ellen Glasgow en este melodrama destacado por la impetuosa y vibrante interpretación de Bette Davis y el contrapunto reflexivo, tranquilo, de bonhomía extrema de Olivia de Havilland, que vivió un romance con Huston en el rodaje.
La historia crea un maniqueísmo sencillo, de buenos y malos, con resultados previsibles pero de calado psicológico; y con ligeros apuntes sociales sobre el meollo del enfrentamiento entre hermanas (racismo, progreso mediante el esfuerzo y estudio, solidaridad pareja a la verdad…) que acentúan la amoralidad de Bette como femme fatale egoísta, agitando emocionalmente a todo su entorno manejando conflictos en torno a libertad o felicidad, determinada en su logro (pleno o relativo) por conductas y/o expectativas.
El film, de tono abatido, desilusionado, nunca aburre, en especial cuando aparece la vivaz Bette Davis en escena con sus diversas maquinaciones e intereses.
La autora de la novela, Ellen Glasgow, al igual que la propia Bette, no quedó contenta con esta película, una meritoria pieza dramática, conocida en algunos países como “La Hiena”, que está sublimada por las interpretaciones de sus dos protagonistas y del “tío” Charles Coburn, muy gustoso de las formas y maneras de su malvada sobrina.
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