Cualquier tonto puede escribir una novela, pero hay que ser un genio para venderla.
En un mundo totalmente sano la locura es la única libertad.
Me gustaría resumir mi temor sobre el futuro en una palabra: aburrimiento. Y ese es mi único temor, pensar que todo ya ha sucedido, que ya nada nuevo, excitante o interesante va a surgir.
El matrimonio entra la razón y la pesadilla que ha dominado el siglo XX ha dado a luz a un mundo muy ambiguo. Entre el paisaje de las comunicaciones se mueven los fantasmas de las siniestras tecnologías y los sueños sólo parecen comprados por el dinero.
Teniendo en cuenta que la realidad exterior es una ficción, el papel del escritor es casi superfluo. Él no necesita inventar la ficción porque ya está allí.