Años 20 del siglo XX. Dos hermanas gemelas, Ana y Estrella, las hijas de los marqueses de Zuloaga, llevan una vida acomodada pero condicionada a una maldición familiar: una de las dos fallecerá antes de llegar a los quince años.
Crítica
Novela de Alaitz Leceaga que nos lleva a un escenario rural de comienzos del siglo XX para narrar una historia familiar-fantástica de irregular resultado.
El libro, escrito en primera persona, es un batiburrillo de influencias: desde el realismo mágico a la novela decimonónica y gótica, pasando por la intriga fantástica, el cómic de superhéroes o la novela feminista.
La historia es extensísima, con diálogos muy pesados y una creación de personajes maniquea y trivial. No hay más que buenos y malos como si fuese un cuento para niños a los que no hay que dotar de matices más allá de insistir en un relato con mensaje moral.
Leceaga supedita la construcción compleja de una narrativa a la confrontación simple y reiterativa desde una visión anacrónica de la sociedad y la historia.
Los protagonistas son planos, la acción es lenta y la trama, de forma progresiva, se llena de tópicos en comportamientos y escenarios.