• Por AlohaCriticón

charles baudelaire libros las flores del mal portadaLibro esencial del polémico autor francés Charles Baudelaire en el que plasma con maestría un penetrante, absorbente universo poético, dotando de primor y hermosura a lo presuntamente maldito y protervo, elevando a beldad la muerte, satán o el hedonismo carnal.
Algunos de los mejores pasajes de este volumen se encuentran en títulos como “Las letanías de Satán”, “La destrucción”, “El amor y el cráneo”, “La negación de Pedro”, “Lesbos”, “La muerte de los pobres” o “Danza macabra”.

Leamos algunos poemas tal como los concibió el propio Baudelaire en su lengua original y también “La letanía de Satán” traducido:




La muerte de los amantes (original)

Nous aurons des lits pleins d’odeurs légères,
Des divans profonds comme des tombeaux,
Et d’étranges fleurs sur des étagères,
Ecloses pour nous sous des cieux plus beaux.
Usant à l’envi leurs chaleurs dernières,
Nos deux coeurs seront deux vastes flambeaux,
Qui réfléchiront leurs doubles lumières
Dans nos deux esprits,ces miroirs jumeaux.
Un soir fait de rose et de bleu mystique,
Nous échangerons un éclair unique,
Comme un long sanglot,tout chargé d’adieux;
Et plus tard un Ange,entr’ouvrant les portes,
Viendra ranimer,fidèle et joyeux,
Les miroirs ternis et les flammes mortes.




Las letanías de Satán

¡Oh Tú, el más sabio y el más bello de los Angeles,
Oh Dios traicionado por la suerte y privado de alabanzas!
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Oh Príncipe del Exilio, a quien se le ha hecho un agravio,
y que vencido, siempre te levantas más fuerte,
Oh Satán ten piedad de mi larga miseria!
Tú que lo sabes todo, gran rey de las cosas subterráneas,
sanador familiar de las angustias humanas,
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú que, lo mismo a los leprosos que a los parias malditos,
enseñas por amor el gusto del Paraíso,
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú que de la Muerte, tu vieja y fuerte amante,
engendras la Esperanza -una loca encantadora!
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú, que haces al proscrito esta mirada calma y alta,
que condena todo un pueblo alrededor de un cadalso,
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú que sabes en qué ángulos de las tierras envidiosas,
el Dios celoso escondió las piedras preciosas,
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú, en quien la mirada clara conoce los profundos arsenales
donde duerme amortajado el pueblo de los metales,
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú, cuya mano aleja el vacío,
de los pies del sonámbulo al que seducen los tejados,
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú que, mágicamente ablandas los viejos huesos
del borracho tardo atropellado por los caballos,
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú que, para consolar al hombre frágil que sufre,
nos enseñas a mezclar el salitre y el azufre,
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú que pones tu marca, oh cómplice sutil,
en la frente de Creso despiadado y vil,
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú que pusiste en los ojos y el corazón de las muchachas,
el culto de la llaga y el amor de los andrajos,
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Bastón de los exiliados, luz de los inventores,
Confesor de los ahorcados y de los conspiradores,
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Padre adoptivo de estos que en su negra cólera
del Paraíso terrestre ha desterrado Dios Padre,
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!




Paisaje (original)

Je veux, pour composer chastement mes églogues,
Coucher auprès du ciel , comme les astrologues,
Et,voisin des clochers, écouter en rêvant
Leurs hymnes solennels emportés par le vent
Les deux mains au menton, du haut de ma mansarde,
Je verrai l’atelier qui chante et qui bavarde;
Les tuyaux, les clochers, ces mâts de la cité,
Et les grands ciels qui font rêver d’éternité.
Il est doux, à travers les brumes, de voir naître
L’étoile dans l’azur, la lampe à la fenêtre,
Les fleuves de charbon monter au firmament
Et la lune verser son pâle enchantement.
Je verrai les printemps, les étés, les automnes;
Et quand viendra l’hiver aux neiges monotones,
Je fermerai partout portières et volets
Pour bâtir dans la nuit mes féériques palais.
Alors je rêverai des horizons bleuâtres,
Des jardins, des jets d’eau pleurant dans les albâtres,
Des baisers, des oiseaux chantant soir et matin,
Et tout ce que l’Idylle a de plus enfantin.
L’Emeute, tempêtant vainement à ma vitre,
Ne fera pas lever mon front de mon pupître;
Car je serai plongé dans cette volupté
D’évoquer le Printemps avec ma volonté,
De tirer un soleil de mon coeur, et de faire
De mes pensers brûlants une tiède atmosphère.